Hoy queremos hablaros de sexualidad, un tema del que se habla con mucha frecuencia pero del que se cuenta con información no siempre del todo cierta. Según la RAE, el término sexualidad hace referencia, por un lado, al “conjunto de condiciones anatómicas y fisiológicas que caracterizan a cada sexo”, y por otro “apetito sexual, propensión al placer carnal” . Atendiendo a esta última acepción, vemos que se relaciona con la satisfacción y el deseo sexual.

Es importante hablar de sexualidades (sí, en plural), esto es, hay tantas como personas en el planeta, ya que cada un@ de nosotr@s posee una configuración propia, un modo particular y único de experimentar, pensar y sentir nuestra sexualidad, aún cuando existen características comunes a todo el mundo (biológicas, psicológicas, sociales y culturales).

Como decíamos al principio de este texto, en torno a la sexualidad, existe gran cantidad de información, pero no siempre es correcta o está basada en evidencia científica, lo cual hace que se perpetúen mitos y creencias erróneas. Aquí os describimos algunas de ellas:

El sexo sólo se refiere al coito, al momento de la penetración. Sostener esta idea es bastante simplista, puesto que existen otras muchas formas de tener intimidad con tu pareja, como besos, caricias, palabras, imágenes…
Si un hombre obtiene placer sexual mediante estimulación anal, esto quiere decir que es homosexual. Aquí estaríamos deduciendo que la orientación sexual se define exclusivamente por el el hecho de que a un hombre le resulte placentera este tipo de práctica; se trata de una idea equivocada, pero que tal vez sostengan aquellos varones que creen ver amenazada su virilidad.
En la mujer existen dos tipos de orgasmos: clitoriano y vaginal. En realidad, lo que ocurre es que varía la forma de alcanzarlo, son dos caminos diferentes pero en realidad la meta es siempre la misma.
El tamaño del pene importa para obtener un mayor placer sexual. Esto es motivo de debate que parece no cesar nunca. Desde luego el placer sexual es una dimensión que va mucho más allá de una mera cuestión de centímetros. No se trata tanto de la cantidad, sino de la calidad.

Estos son sólo unos pocos ejemplos, hay muchísimos más, pero desde luego lo fundamental es que dar credibilidad a estas afirmaciones puede traernos en algunas ocasiones diferentes problemas en el ámbito sexual, entre otras razones porque se genera confusión, malestar y falsas expectativas. Es por ello que queremos dar algunas pinceladas generales para que vivamos nuestra sexualidad de una forma plena y natural:

Disfrutar del sexo, no tomarlo como algo que se tiene que hacer, sino que se quiere hacer, que se desea.
Sorprender, salir de la rutina. Es recomendable introducir alguna novedad de vez en cuando, y así evitaremos caer en la monotonía.
Comunicación y expresión de afecto. Ser claros y honestos con nosotros mismos y con la persona que tenemos al lado, nos ayuda a crear un clima de confianza.
Compartir momentos de intimidad, complicidad y conexión con la pareja.
•  Conocer y respetar los gustos y deseos del otr@, buscar un equilibro para que amb@s estén satisfecho@s.

En Ampsico tenemos un taller llamado “Sexmociónate” dirigido a adolescentes donde enseñamos la gestión de las emociones en relación a la sexualidad. Si quieres echar un ojo a nuestro dossier, pulsa aquí,

Begoña López

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