Orientación familiar, recuperando la armonía.
Orientación para recuperar la armonía familiar
El contexto familiar es un ambiente donde se generan multitud de situaciones y escenarios proclives a generar gran variedad de emociones y sentimientos distintos. En ciertas ocasiones, dentro de la rutina familiar nos encontramos ciertos factores indeseables que se acomodan dificultando la valorada armonía familiar. Es importante detectar estas señales de riesgo para volver a recuperar la estabilidad familiar.
Muchas de las causas de estas inestabilidades son los relacionados con la educación, comunicación y desarrollo de nuestros hijos. Desde esta perspectiva, es necesario hacerlas frente desde un punto de vista común de los progenitores. No debemos caer en el error de dejar la educación de nuestros hijos a la merced de la educación formal (escuela). Es verdad que los
menores pasan mucho tiempo en ella, siendo la escuela un elemento socializador muy importante, pero lo primero que debemos tener claro es que la educación comienza desde el hogar. Independientemente del tipo y estructura familiar que vengamos, debemos ser lo mas coherentes posibles en la educación de nuestros hijos para lograr la armonía familiar.
La armonía familiar es un proceso en continua fase de crecimiento y destacamos especialmente estas etapas de la vida:
- Adolescencia.
- Embarazo.
- Rebeldía adolescente.
- Procesos del desarrollo.
- Entrada de un nuevo miembro de la familia.
Si piensas que por no tener descendencia , tu armonía familiar esta a salvo, estas muy equivocado/a. Nadie está libre de vivir momentos desagradables dentro del núcleo familiar, independientemente del tipo de familia a la que pertenezcas. Estas son algunas de las causas que pueden dificultar la armonía:
- Incomunicación.
- Rencillas no resueltas
- Faltas de compromiso.
- Fallecimientos y herencias.
- Desacuerdos.
- Problemas económicos.
- Desempleo.
- Falta de espacio.
- Enfermedades
Cabe resaltar que para toda familia, el hogar es un lugar donde pueden ser tu mismo/a sin temor a ser juzgados. Sin embargo, llega un punto en que la convivencia es monótona y los niveles de estrés aumentan.
¿Cómo podemos controlar estas situaciones desagradables?:
Independientemente del tipo de familia, la clave es tener una buena comunicación interpersonal.
La rutina familiar se regula con pequeños hábitos, abriendo los ojos y valorando aquellas facetas positivas que nos hacen ser lo que somos. No se trata de huir de los problemas, sino de dotarnos de las herramientas suficientes para hacerles frente sin que destruyan nuestros hogares.
Aspectos que podemos destacar para hacerles frente serían:
- Disfrutar de la compañía e interesarse por el otro/a
- Compartir historias
- Sorprender con detalles
Cada familia tiene que reconocer su grado de responsabilidad para propiciar los momentos de felicidad dentro del núcleo familiar. Especialmente en familias con hijos cabría destacar ciertos momentos para recuperar la armonía:
- Compartir comidas y/o cenas
- Jugar juntos
- Controlar las actividades extraescolares de nuestros hijos/as
- Establecer unos limites claros de convivencia
La familia es un grupo fundamental dónde los miembros se refuerzan unos a otros, donde hay colaboración, donde se apoyan unos a otros y se trasmiten valores,merece la pena luchar por consolidar una buena armonía.
En caso de que la armonía se haya visto alterada puede ser de gran ayuda un especialista en orientación familiar que ayude a superar las dificultades.
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