Porque dormir sí importa

Porque dormir sí importa

 

Jornadas maratonianas, tareas que tenemos pendientes para «ayer», planificaciones en las que no hay espacio para hacer más cosas pero aun así las intentamos meter con calzador…son situaciones en las que más de uno nos hemos visto envueltos en alguna o en demasiadas ocasiones. Utilizamos frases del tipo: «A mi dormir poco no me afecta», «Yo rindo bien con pocas horas de sueño», «Ya descansaré el fin de semana», que a corto plazo nos alivian. Pero, ¿son reales estas ideas? ¿Es cierto que no tener una buena rutina de sueño no tiene efectos en la salud a nivel físico y emocional? La respuesta es rotundamente NO.

La falta de tiempo a veces nos impide dormir

Los espacios de descanso son fundamentales para tener una buena calidad de vida y manternos activos durante cada jornada. Sin embargo, no sólo se trata de dormir. Se trata de hacerlo durante un número suficiente de horas y que nuestro sueño sea de calidad, de modo que permita restaurar nuestro organismo.

 

¿Por qué es tan importante dormir bien?

  • Favorece el control de enfermedades como la hipertensión arterial y la diabetes.
  • Cuida nuestro corazón, ya que durante el sueño, disminuye la frecuencia cardiaca permitiendo la reparación de tejidos y células coronarias.
  • Propicia estados de ánimo positivos, al facilitar la producción de serotonina, una sustancia que afecta a nuestra manera de sentir y comportarnos.
  • Durante el sueño, se fortalecen las conexiones neuronales, lo que permite mejorar la memoria. El la fase REM del sueño, los conocimientos almancenados en la memoria a corto plazo pasan a la memoria a largo plazo, afianzando su retención.
  •  Favorece la coordinación motora.

 

Para poder disfrutar de estos beneficios, es fundamental mantener una adecuada higiene del sueño, es decir, crear unos hábitos encaminados a conseguir un sueño de calidad que permita un descanso adecuado. A continuación te dejamos algunas pautas que te ayudarán en tu rutina diaria.

 

Identifica y haz frente a la astenia primaveral

Identifica y haz frente a la astenia primaveral

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Muchas personas esperan con entusiasmo la llegada de la primavera. En el transcurso de esta época del año, las temperaturas suelen ser más elevadas (aunque de momento este año el buen tiempo se resiste a quedarse con nosotros) y hay más horas de luz, debido al cambio horario que tiene lugar el último fin de semana del mes de Marzo. Estas circunstancias suelen favorecer una mayor disposición a realizar más actividades de ocio, excursiones al aire libre, etc. Pero también la primavera puede generar algunas alteraciones en nuestro organismo que influyen en nuestra calidad de vida. En concreto, vamos a conocer un poco más a continuación en qué consiste la astenia primaveral.

La astenia primaveral se caracteriza principalmente por una sensación general de debilidad, tanto a nivel físico como psíquico, así como una falta de energía y de vitalidad. Dentro de los síntomas físicos podemos encontrar, entre otros, problemas para dormir (por ejemplo, sueño no reparador, es decir, sentir que no se ha descansado durante la noche pese a dormir un número considerable de horas), fatiga o cansancio, así como pérdida del apetito. A nivel psicológico podemos tener dificultades para concentrarnos, problemas de memoria, apatía (entendida como desgana o desinterés) e incluso sentimientos de tristeza y vacío. Todo ello nos hace más complicado y trabajoso el hecho de enfrentarnos a los quehaceres y tareas de nuestra rutina diaria en las842004 distintas esferas de la vida: laboral, familiar, social, etc.

Las causas de esta alteración estacional no están del todo claras, aunque se sospecha una relación con los cambios climatológicos, así como los procesos alérgicos asociados a esta época del año. Parece ser que las mujeres la sufren en mayor medida que los hombres, y el rango de edad de aparición oscila entre los 20 y los 50 años de edad.

Pero entonces, ¿estamos hablando de una enfermedad? ¿Se podría considerar un síndrome? No necesariamente; vamos a aclarar un poco esta cuestión. En términos generales, la astenia primaveral supone un desajuste puntual y pasajero, una alteración que puede ser, a priori, fácilmente reversible, en la medida en que nuestro organismo consiga adaptarse lo más rápidamente posible a los cambios climatológicos y de horas de luz que caracterizan a esta estación. Habitualmente, se trata de una afectación leve, que suele desaparecer en pocos días, incluso sin que llegue a ser precisa la implantación de un tratamiento que combata directamente los síntomas. No obstante, en algunas ocasiones, la astenia puede agravarse, debido a que se prolonga demasiado en el tiempo, siendo la sintomatología cada vez más frecuente e intensa. Si se da esa situación, es recomendable acudir a un profesional especializado, ya que en esos casos la astenia primaveral podría evolucionar hacia el inicio de un trastorno del estado del ánimo, o también, por otro lado, hacia el llamado “síndrome de fatiga crónica”, el cual puede llegar a interferir de forma significativa en la vida de las personas que lo padecen.

Con el fin de superar con éxito la astenia primaveral, es recomendable:

  • Cuidar la alimentación, proporcionando a nuestro organismo los nutrientes necesarios, a través de una dieta equilibrada y saludable. Resulta adecuado incrementar el consumo de frutas, legumbres y verduras, y disminuir el de bollería industrial y alimentos precocinados, entre otros. También es importante ingerir más líquidos en esta época para prevenir una posible deshidratación, ya que se produce un aumento de la sudoración como consecuencia de la subida de las temperaturas.Serene woman
  • Tener una buena higiene del sueño, es decir, mantener unos hábitos adecuados y regulares a la hora de acostarnos y levantarnos, tratando de hacerlo siempre a la misma hora. Además, es importante dormir las horas necesarias para que nuestro cuerpo se sienta descansado; para cada persona esta cantidad puede ser diferente, aunque suele estar en torno a 8 horas.
  • Realizar ejercicio físico. La llegada del buen tiempo nos anima a realizar actividades fuera de casa, y esto resulta muy conveniente para distraernos, relajarnos y favorecer un mejor descanso a la hora de irnos a dormir. En definitiva, nos ayuda a desconectar de nuestras obligaciones diarias.
  • Prestar atención a nuestras emociones. A veces, la astenia puede ir acompañada de cuadros de ansiedad, altos niveles de estrés, así como trastornos depresivos. Es conveniente identificar aquellas situaciones que nos generan malestar para poner en marcha recursos y estrategias que nos permitan un afrontamiento activo y eficaz de las mismas, y si fuese necesario, recibir ayuda por parte de un psicólogo, quien nos enseñe pautas para regular nuestra emociones, y de este modo prevenir la aparición de otros problemas futuros.

 

 

 

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