DEPRESIÓN. RECUPERA LA ENERGÍA Y LA ILUSIÓN
Igual que cuando salgo a la calle un día de invierno con manga corta, podría constiparme, si tengo las defensas bajas, cuando ocurren sucesos en mi vida y estoy bajo de defensas emocionales, también podría padecer una enfermedad. Depresión.
Aquí te damos unas recomendaciones para superar la depresión, recuperar la energía y la ilusión.
En muchas ocasiones no siempre somos conscientes de nuestras propias emociones. La tristeza es una de las más básicas que forma parte de nuestra vida. Muchas veces, nos sentimos tristes por pequeñas cosas de nuestro día a día (una pequeña discusión de pareja, una frustración ante algo…). Por ello ponemos en marcha nuestras herramientas de afrontamiento, y finalmente nos sentimos capaces de hacer las cosas a pesar de éste momento de tristeza, recuperando así nuestra energía e ilusión, reforzando nuestras capacidades. Pero, y cuándo tenemos las defensas emocionales bajas. Y además suceden cosas en nuestra vida como duelos, crisis amorosas, de familia, eventos traumáticos, etc… ¿qué nos sucede? Aquí te damos unas recomendaciones para superar la depresión recuperar la energía y la ilusión.
Podemos empezar a padecer síntomas nos indican que algo va mal:
- disminución del interés para experimentar placer o hacer cosas
- estado de ánimo triste
- insomnio o hipersomnia
- agitación o enlentecimiento psicomotor
- fatiga y sensación de pérdida de energía
- sentimientos de inutilidad
- dificultades para pensar
- pensamientos negativos recurrentes.
Cuando empezamos a sentir estos síntomas, entendemos que tenemos un problema por lo que ponemos en marcha una solución. En muchas ocasiones, la solución que ponemos para resolver nuestro problema no funciona o funciona de forma parcial. Muchas veces insistimos en repetirlas incluso con más intensidad. Esto provoca un círculo vicioso de sufrimiento mantenido o empeoro de los síntomas, perpetuando así el problema. Las soluciones disfuncionales principales que solemos poner en marcha en un estado depresivo son:
- Renuncia: No nos enfrentarnos a los problemas cotidianos y no nos esforzarnos ante los obstáculos o dificultades. Como sabemos, cuando uno se rinde, siempre será vencido. Balzac decía: “La renuncia es un suicidio cotidiano”.
- Pedir ayuda: Delegar al resto de personas de nuestro entorno la solución a nuestros problemas o dificultades en la vida. Ser ayudado por un familiar o amigo, puede acabar provocando el efecto contrario, manteniendo nuestra incapacidad y el problema.
- Victimismo: Sentirse la victima de lo que ocurre o ha ocurrido, es peligroso dado que empeora los síntomas ya que genera que sigamos delegando y renunciando, manteniendo así las soluciones poco eficaces, incluso perpetuando el problema.
¿Cómo recuperar la ilusión y superar la depresión?
Lo primero, tenemos que ser conscientes de la solución que estamos poniendo en marcha, Si es una de las que hemos indicado antes, recomendamos que hagas lo posible para evitar ponerla en marcha.
- Evitar renunciar: no te centres en lo que no puedes hacer, sino en lo que sí haces. Proponte hacer cosas que sabes que vas a ser capaz. Pon en marcha alguna pequeña tarea a hacer cada día y llévala a cabo. Reconócete lo que has sido capaz.
- Evita pedir ayuda: Cuando pedimos ayuda a una persona cercana y ésta lo hace, nos está mandando un mensaje claro: “te ayudo porque te aprecio y te quiero”. Pero por otro lado, y no menos importante, nos está mandando otro mensaje “te ayudo porque tú sólo no puedes”. Esto no nos está ayudando en este proceso. Hay que conseguir que vuelvas a confiar en ti, haciendo pequeñas cosas, y aumentando las cosas que haces.
- Evita “hacerte” la víctima”: No te quedes solo con lo que no eres capaz, y céntrate en lo que sí que eres capaz. Recuerda esta frase “La depresión es una prisión en la que eres tanto el prisionero como el cruel carcelero”. (Dorthy Rowe).
Si eres una persona cercana a alguien que está padeciendo un episodio depresivo, evita hacer estas cosas. Si queremos ayudarle a que supere la depresión, para ayudarle y evitando así un empeoramiento del problema o bien a que el problema se cronifique, evita:
- Ayudar en exceso. Hay que intentar que la persona recupere su día a día a través de tareas que pueda llegar a hacer. Evita Ayudarle en todo o hacerle todo. Podría crear un beneficio secundario que haría que la depresión se mantuviera en el tiempo, esperando estos beneficios del entorno.
- Hablar mucho del problema. Importante delimitar el tiempo destinado a hablar del problema. Cuanto más se hable de la depresión, más se extenderá.
- Apiadarse de él/ella: Mensajes del tipo “pobrecito es que lo ha pasado muy mal…”. Podría ayudar, a que sin querer, las personas se sientan más cómodas en la posición de enfermo, que con la idea de recuperarse.
- Hacerle todo más fácil: Si siente que no se le permite sentirse mal, de forma contradictoria más mal se sentirá. Para superar el sufrimiento hay tener el coraje de atravesarlo para poder salir fuera.
Además, sería importante recordar otras soluciones que podrían considerarse banales, pero que tienen efectos potentes, para poder recuperar la energía y la ilusión:
- Recupera la comida como un elemento de placer.
- Muévete, haciendo ejercicio de forma habitual.
- Duerme y descansa.
- Recupera el amor por las personas de tu entorno, el propio entorno o animales que te rodean.
- Proponte objetivos y deseos en la vida y lucha por ellos.
- Deja a un lado los pensamientos y sucesos del pasado, o intentar controlar el futuro.
Y además, si no fueras capaz de poner estas recomendaciones en práctica, no dudes en pedir ayuda profesional.
Recuerda como decía Huxley: “la vida no es lo que nos ocurre sino lo que hacemos con aquello que nos ocurre”.
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