Ago 10, 2017 | Nuestro equipo de cerca
Hoy os presentamos a un integrante más de nuestro equipo, Javier García y esta es su historia.
En este artículo Javi nos habla de su pasado y de su presente. Veremos con él el camino que le ha traído hasta aquí y cómo ha logrado ser psicólogo en Madrid.
¿Qué querías ser de pequeño/a?
Pues cuando era muy muy pequeño no tenía todavía claro lo que era ser mayor. Por eso no tenía tampoco claro lo que quería ser. Era por mi adolescencia cuando decidí ser lo que era una amiga de mi hermana “psicóloga”. No tenía idea de lo que era, pero sé que me atraía las conversaciones que tenía con ella, y sobre todo eso de tener claro que quería ayudar a otras personas cuando tienen problemas. Con el tiempo veía que el ayudar a otros era algo que me gustaba, y tenía muchas ganas de ser mayor para poder hacerlo. Ahora trabajo como psicólogo en Madrid.
¿Un recuerdo de tu infancia/adolescencia?
Un buen recuerdo que tengo de mi infancia es cuando íbamos a la playa, y recordar cómo me sentía en ese espacio. Recordar a la familia en momentos que pasábamos cuando nos juntábamos todos: los primos, los tíos y mis padres. Nos juntábamos en casa de mis tíos y recuerdo sacar los juguetes todos al suelo y poder jugar todos los primos juntos. Nos juntábamos unos cinco primos, y recuerdo luego a los padres riñéndonos para que colocáramos los juguetes y mientras nosotros intentándonos escapar de esa tarea.
¿Por qué decidiste ser psicólogo/a?
Cómo he comentado más arriba, ya por mi adolescencia decidí hacerme psicólogo y aunque no sabía lo que significaba era para mí un reto el poder ayudar a otros en sus problemas. No me ha sido fácil poder realizarlo, aunque he podido superar las diversas trabas que te pone la vida para superarlo y realizar lo que quería.
¿Qué es lo que más te gusta de tu profesión?
Llegar a entender el problema que me plantea una persona y poder ayudarla a superarlo. Cuando nos encontramos en una situación difícil o con un problema nos creemos que no vamos a ser capaces de superarlo, y tomar la decisión de pedir ayuda no es fácil.
En ese momento es cuando pensamos que no vamos a poder solucionarlo, pero no nos damos cuenta que en ocasiones necesitamos ayuda para poder ayudarnos a nosotros mismos a superar los problemas que la vida nos plantea. Entender entonces que una persona ha venido a pedirme ayuda ante un problema y comprenderlo a su forma, me ayuda a ayudar a la persona a superarlo juntos.
¿El mayor reto al que te has enfrentado en tu profesión?
Llegar a entender el estigma hacia una persona con problemas, y más concretamente con problemas mentales. Es algo que no logro entender. Cómo todos somos tan diferentes y por el hecho de serlo, somos también iguales. Entender cómo uno discrimina a otro porque tiene un problema es algo que me plantea un reto todos los días en mi profesión ahora que soy psicólogo en Madrid.
Entender lo que a uno le está pasando es difícil, pero entender y comprender a otro cuando lo está superando es algo que hay que reconocer, y cuando esto no sucede, reconozco que para mí me plantea un desafío el que lo logre entender.
¿Una canción y una emoción?
Reconozco que poder elegir dentro de todo el elenco de canciones de mi vida es difícil, pero he de indicar que una canción que me hace moverme y ponerme contento es una de Coldplay: Adventure of a lifetime.
Es una canción que me trae los momentos más divertidos de mi presente historia. Los monos que salen en el video me parecen muy graciosos y tengo la tendencia a imitarlos. Es por ello que la emoción que me transmite es la de alegría y energía. Además, cuando se la he puesto a mi hijo, juntos nos hemos puesto a bailarla y por eso me trae un momento muy feliz.
Por el contrario, una canción que me entristece mucho es una de Adele: Someone like you. No tiene nada que ver la letra, pero me recuerda mucho a mi padre y por ello me pone triste. Ahora soy capaz de escucharla y reconocer su belleza, pero cuando murió mi padre, tuve una temporada que me lo recordaba y no podía escucharla sin llorar.
Alguien a quien admiras y se merecería una entrevista.
Es verdad que podría haber muchas personas que merecerían una entrevista y sobre todo poder dedicarle un café y una buena conversación. Entre ellos elijo a una persona importante y que me ha enseñado mucho que es mi padre. Pero, además, dentro de la vida pública podría elegir, entre otros, a Einstein, Marie Curie, Frida Khalo, Joaquín Sabina y Piaget. Con todos ellos seguro que con un café y una buena conversación podría aprender mucho de ellos.
Tu lugar favorito en el mundo.
Uno de los lugares que he conocido y me ha encantado por su belleza está en Asturias, en Picos de Europa. Es un lugar llamado “Collado Germoso”. Además de éste lugar, me gustan otros muchos, pero lo que actualmente me gusta es aquel sitio donde estén mi mujer y mi hijo.
¿Qué otras pasiones tienes?
Escuchar música es una de mis grandes pasiones. Además, el poder hablar con la gente y aprender de ella, es algo que me apasiona, siendo de trabajo o fuera de él. El senderismo, la montaña, los lugares abiertos, el buceo, es algo que me gusta mucho y que espero compartir con mi hijo, que actualmente tiene 10 meses.
¿Puedes recordar lo último que aprendiste impartiendo un taller o dando una sesión? (Del paciente, niño, etc.)
Algo que me gusta de los talleres de Risoterapia es que somos capaces de descubrir cosas de nosotros mismos. En uno de los talleres que impartí en una empresa, descubrí que había compañeros de trabajo que mantenían las distancias entre ellos. Es con las dinámicas y los juegos cuando se abrieron y pudieron compartir experiencias. Notar esa complicidad, que se produjo de forma natural, es algo que todavía conservo y me alegra haberlo vivido.
Un material que te guste mucho para trabajar y que recomendarías.
Me gusta mucho trabajar con analogías y aforismos. En realidad, recomiendo todo tipo de cuentos, fábulas o analogías que hagan entender a la persona como nos hace sentir algo y por ello llegar a la parte más emocional. Y de ahí poder ayudarnos en la búsqueda de una solución diferente a la que estamos utilizando para resolver un problema. Jorge Bucay es uno de los más conocidos, pero en realidad, cuentos de todo tipo pueden llegar a ayudarnos a entender las emociones desde los más hondo y ayudarnos a reconducirlas.
Para terminar, una frase que tengas presente en el día a día.
«Tu vida no mejora por casualidad, mejora por el cambio»
Nov 22, 2016 | Inteligencia Emocional, Psicología
Adiós, miedo
El lenguaje es el vehículo a través del cual expresamos nuestra realidad y le damos sentido a nuestro mundo. Pero, ¿cómo hablamos de los problemas a los que nos enfrentamos? Es una tarea difícil, y más aún, cuando se trata de situaciones en las que el sufrimiento puede bloquearnos y no dejarnos expresar lo que sentimos. Y es que la forma en la que pensamos y hablamos de nuestros problemas influye tanto que puede contribuir a alimentarlo o, por el contrario, ayudarnos a ver otras perspectivas.
Un recurso poderoso para crear nuevos enfoques a los problemas contra los que luchamos son las cartas terapéuticas, ya que nos ayudan a desarrollar un nuevo lenguaje .
A lo largo de los años, en Ampsico hemos podido leer cartas terapéuticas muy poderosas que han ayudado a parejas a ir más allá de los conflictos que les separaban o a adolescentes a superar situaciones de bullying. De entre ellas hemos seleccionado una muy especial. Y es que nos gustaría compartir la fuerza y energía que contiene esta carta con la esperanza de que pueda aportar luz a otras personas que se viven atrapadas por el miedo.
Esta carta es para ti:
Despedida al miedo
Hola, miedo
Hoy quiero despedirme de ti, después de haber convivido contigo durante más de 25 años de mi vida.
La convivencia contigo ha sido horrible.
He temblado, he sentido taquicardias, he llorado y lo peor de todo es que me he sentido anulada como persona.
Digo había porque ya no lo estoy.
Jamás en mi vida había imaginado que una persona podía sufrir tanto y sentir tanto pánico,
Te odié.
Pensé que nunca me enfrentaría a esta situación y podría gritar:»soy libre”.
Eres un cobarde, solo los cobardes se aprovechan de una persona maltratándola pagando los complejos que te invaden.
Eres un egocéntrico, lleno de complejos que jamás pudiste subsanar.
Querías acabar conmigo pero no contabas que yo tenía mis armas y estas armas son mis hijos y las ganas de salir adelante sin mirar atrás.
Ahora ya te he vencido te he cortado las raíces y caes al suelo sin poder ponerte de pie.
Nunca más vas a poder hacerme daño porque eres mi pasado y de mi pasado solo saco la experiencia para vivir mi presente.
Cierro un capitulo que me ha ocupado el 70 por ciento de mi vida, y jamás volverás a tener la oportunidad de que vuelva a sentirte.
Hasta nunca, miedo.
Por último nos gustaría recordarte que estamos a tu disposición si tienes dudas, preguntas o deseas compartir tú experiencia.
Oct 4, 2016 | Inteligencia Emocional, Problem Solving, Sin categoría
Los seres humanos poseemos una formidable capacidad de complicarlos la vida. Podemos llegar a manifestar tormentosas, retorcidas y persistentes patologías, tales como fobias, trastornos de pánico, obsesiones, manías, anorexia, bulimia, depresión, crisis de pareja, y muchos otros.
Un aspecto fundamental para el conocimiento de los problemas humanos, para saber cómo se construyen y de qué manera se pueden resolver, es saber que lo que construye un problema y lo mantienen es precisamente lo que las personas intentan hacer para resolverlo. Una tentativa de solución que no funciona, si es reiterada, no solo no lo resuelve, sino que lo complica, hasta llegar a construir un verdadero círculo vicioso.
Sabemos que la realidad cambia según el punto de vista de quien la mira: esto conduce a reacciones diversas sobre la base de diferentes atribuciones que se pueden hacer de la misma realidad. Diremos que cada persona crea su propia realidad sobre la base de lo que hace, guiada por la perspectiva que asume en la percepción de la realidad con la cual interactúa. Ya afirmaba Oscar Wilde “no existe una realidad verdadera, sino tantas realidades como se puedan inventar”.
Con esto deberíamos constatar que no existe un conocimiento realmente verdadero de las cosas, solamente puede existir un conocimiento idóneo, o bien un conocimiento instrumental que nos permita administrar la realidad con la cual interactuamos. Que permita adaptarnos eficazmente a lo que percibimos y cuyo desarrollo se presenta mediante un conocimiento operativo que nos enseña a gobernar la realidad del modo más funcional posible.
Lo plantearemos de forma algo más clarificadora con una historia:
“En un día de mucho calor, un padre y su hijo emprenden un viaje, con un asno, para visitar a unos parientes que viven en una ciudad lejana a su comarca.
El padre va montado sobre el asno y el hijo camina a su lado. Cuando pasan delante de un grupo de personas, el padre escucha que éstos dicen:
– Miren eso, ¡que padre tan cruel!, va sobre el asno y su hijo debe andar en un día tan caluroso.
Entonces el padre baja del asno, hace subir al hijo y continúan así el camino. Pasan frente a otro grupo de personas y el padre escucha que dicen
– Pero miren el pobre viejo camina, en un día tan caluroso, y el joven va muy cómodo sobre el asno: ¡qué clase de educación es esa!
El padre entonces piensa que lo mejor es que los dos vayan sobre el asno, y así continúan el camino. Poco después pasan por otro grupo de personas y escuchan a estos decir:
– ¡Observar qué crueldad!, esos dos no tienen ni un poco de misericordia con ese pobre animal que debe cargar con tanto peso en un día tan caluroso.
Entonces el padre se baja del asno, y hace bajar también a su hijo, y continúan caminando junto al asno. Pasan pues por enfrente de otro grupo de personas, que dicen:
– ¡Qué imbéciles esos dos!, en un día tan caluroso caminan a pesar de que tienen un asno sobre el cual podrían montar…”
Ya el conocido filósofo Locke, afirmaba que en realidad consideramos “insensatos a quienes partiendo de premisas equivocadas y usando una lógica correcta y convincente, llegan a conclusiones erróneas”. Diremos que cada persona crea su propia realidad sobre la base de lo que hace, guiada por la perspectiva que asume en la percepción de la realidad con la que interactúa.
Lo que es sorprendente para muchos es que lo que guía a las personas a reiterar la práctica de actitudes y comportamientos disfuncionales no es una “propensión genética” a la patología (salvo excepciones aún así discutibles), sino el aplicar, de manera rígida, soluciones que anteriormente habían funcionado en problemas del mismo tipo. El problema radica en aplicar tentativas de solución aparentemente adecuadas y sobre todo en insistir en su aplicación incluso después de comprobar el fracaso.
Para entenderlo mejor, narraremos una antigua fábula griega:
“Había una mula que todas las mañanas llevaba una carga de leña desde la granja en el valle hasta la cabaña en la montaña, pasando siempre por el mismo sendero a través del bosque, subiendo por la mañana y regresando al anochecer. Una noche, durante una tormenta, un rayo derribó un árbol que obstruyó el sendero. A la mañana siguiente, la mula caminando en su habitual camino, tropezó con el árbol que le impedía el camino. La mula pensó: “el árbol no debe estar aquí, está en un lugar equivocado” y continuó hasta golpear su cabeza contra el árbol, imaginando que éste se desplazaría, ya que ese no era su sitio. Como el árbol no se movió, la mula pensó “quizás no he dado un golpe suficientemente fuerte”, pero el árbol seguía sin moverse. La mula insistió repetidamente…”. Dejamos intuir al lector el trágico final en está fábula.
La vida está llena de eventos problemáticos para cualquiera; la diferencia está en “cómo” cada uno de nosotros afrontamos nuestras realidades, ya que esto conducirá a aplicar tentativas de solución que pueden llevar no solo a la no-solución del problema, sino incluso, a su complicación.
En otros términos, errar es humano pero es la incapacidad de modificar los propios errores lo que vuelve las situaciones en irresolubles. Esta resistencia a cambiar las estrategias en la solución a nuestros problemas, se basa en las experiencias precedentes con resultados favorables al afrontar problemas de la misma tipología. Pero como dice Oscar Wilde “con la mejor de nuestras intenciones, en ocasiones llegamos a los peores de los efectos”. Cuando creamos una idea de una experiencia vivida como eficaz, tenemos grandes dificultades para cambiar una convicción propia. Así pues, cuando las personas insistimos en seguir aplicando estrategias de soluciones disfuncionales con una determinada realidad, lo que mantiene el problema es precisamente lo que hacemos, sin éxito, para resolverlos.
Para crear un cambio y construir una realidad más funcional, desde la perspectiva del problem solving y la terapia estratégica, no tomaremos en consideración el modo en que el problema se ha formado en el pasado, sino cómo éste se mantiene en el presente. Lo que debemos interrumpir, cuando queremos cambiar una realidad, es su persistencia; sobre su formación ocurrida en el pasado, no tenemos ningún poder de intervención. Recurrir a informaciones sobre el pasado de la persona, representa un medio para poder preparar las mejores estrategias de solución de los problemas.
En realidad no existe ninguna conexión “causal lineal” entre cómo un problema se crea y cómo éste persiste y cómo puede ser cambiado y resuelto. En cambio, si existe una “causalidad circular” entre cómo un problema persiste y lo que las personas hacen para resolverlo sin éxito. Cuando se pretende provocar cambios, lo importante es concentrarse en las tentativas de solución disfuncionales, ya que cambiando o bloqueando éstas, se interrumpe el círculo vicioso que alimenta la persistencia del problema. Una intervención llevará a la ruptura del equilibrio disfuncional creando otro equilibrio más funcional, basado en nuevas percepciones de la realidad, resolviendo el problema.
En relación a las resistencias al cambio y el equilibrio disfuncional, deberemos pues crear experiencias perceptivas concretas que pongan a la persona en condiciones de sentir algo distinto con relación a la realidad que debe cambiar, para abrir de este modo la puerta a reacciones diferentes, ya sea de tipo emotivo o comportamental. El famoso cibernético Heinz von Foerster, afirmaba “si quieres ver, aprende a obrar”. La idea es que para obrar de un modo diferente sea necesario antes aprender a ver el mundo de un modo diferente. Con esto aprenderemos antes a obrar de forma diferente para poder entender de forma diferente y así cambiar nuestra propia percepción de la realidad.
Para la superación de un problema se requiere primero la ruptura del sistema circular de retroacciones entre el sujeto y su realidad, el cual mantiene la situación problemática. A esta fase, le sigue la redefinición y consiguiente modificación de las representaciones del mundo que obligan a la persona a crear respuestas disfuncionales.
Los seres humanos nos relacionamos con la realidad, y a partir de ahí cada uno de nosotros la relaciona con nosotros mismos, con los otros o con el mundo. Mediante este proceso los sujetos construimos la realidad que nosotros mismos sufrimos o manejamos.
“Yo he hecho esto” dice mi memoria.
“Yo no puedo haber hecho esto” dice mi orgullo, y se mantiene inamovible.
Al final la memoria se rinde.
FRIEDRICH NIETZSCHE. Como se filosofa a martillazos
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