Kids Skills – Técnica de terapia infantil

Kids Skills – Técnica de terapia infantil

Kids Skills – Técnica de terapia infantil

 

En este post queremos mostrarte el programa de Kids Skills un programa basado en la Terapia Centrada en Soluciones muy adecuado para la terapia infantil.

Terapia infantil

Kids Skills, se basa en la Terapia Centrada en Soluciones. Este enfoque postula que entras en círculos viciosos de comportamiento en los que repites una una y otra vez los mismos problemas. De modo que el objetivo de la terapia infantil sería trabajar pensando en soluciones en lugar de buscar causas en el pasado. En mi experiencia este método me resulta muy interesante para niños/as ya que se sienten mucho más cómodos hablando de «soluciones» en lugar de hacerlo sobre «problemas».

 

Kids’Skills es un método simple y práctico para ayudar a los niños/as a superar todo tipo de dificultades conductuales y emocionales. El/a la niño/a es el centro de su propio aprendizaje. Se convierte en participante activo en el desarrollo de habilidades y la búsqueda de soluciones.

 

El Dr. Furman es un psiquiatra y formador de renombre internacional de terapia centrada en  soluciones. Desarrolló junto con sus colegas el programa de Kids ‘Skills en una guardería de niños con dificultades. Actualmente trabaja en el Helsinki Brief Therapy Institute.

 

El método de terapia infantil Kids´Skills consta de 15 pasos que veremos en detalle.

 

    

Es importante entender que una habilidad no es parar de hacer lo incorrecto, sino en su lugar, aprender a hacer lo correcto. De esta manera resulta menos ambiguo.

 

¿Qué necesitarías aprender para estar más feliz?

 


Acordar la habilidad a aprender

La motivación del/a niño/a para aprender una habilidad depende en gran parte de ver que valdría la pena aprender esa habilidad. Cuanto más beneficios hay en el aprendizaje de una habilidad en particular, más querrá aprenderla el/a niño/a.

 

Me encantaría hacer un contrato contigo sobre la habilidad a aprender. ¿Te parece que la habilidad de aprender a levantar la mano en clase te ayudaría?

 

Explorar los beneficios de la habilidad

La motivación del/a niño/a para aprender una habilidad depende en gran parte de ver que valdría la pena aprender esa habilidad. Cuanto más beneficios hay en el aprendizaje de una habilidad en particular, más querrá aprenderla el/a niño/a. Le ayudamos a tomar conciencia de las ventajas explorándolas juntos.

 

¿Por qué es importante que aprendas esa habilidad? 

¿Qué obtienes al aprender esa habilidad?

¿Por qué tu madre/padre quiere que aprendas esa habilidad?

 

Nombrar la habilidad

Al nombrar la habilidad, el/la niño se apropia de ella. Por lo tanto, es importante que le de a la habilidad un nombre que le guste y del que se sienta orgulloso. Los/as niños/as pueden ser más creativos al inventar nombres para sus habilidades que los adultos, pero aun así, a veces necesitan un poco de ayuda para despertar su creatividad.

Una forma de inspirar a los niños para que encuentren nombres para sus habilidades es ayudarlos a pensar en un héroe o ídolo que posea la habilidad que van a aprender.

 

Encontrar al ayudante mágico

Le pedimos a el/la niño/a que elija un “ayudante mágico» que pueda ayudarle a aprender su habilidad. El ayudante mágico puede ser cualquier cosa, desde un animal, un personaje de dibujos animados, un amigo imaginario o un superhéroe.

La criatura de poder es un símbolo de la fortaleza interna de el/la niño/a y lo utilizamos de muchas maneras creativas durante el proceso (cartas, dibujo, escudos…)

 

Elejgir a los ayudantes

Los ayudantes significan mucho para los niños. Los/as niños/as están más motivados para aprender una habilidad cuando saben que hay personas que están entusiasmadas por escuchar sobre su progreso y que están anticipando que tendrán éxito. Los ayudantes deben ser optimistas. Animamos a el/la niño/a a incluir en su círculo de ayudantes no solo a sus padres y otros adultos importantes para ellos, sino también a otros niños como hermanos o amigos. La intención es crear una comunidad.

 

Construir confianza

Para que el/la niño/a haga un esfuerzo por aprender una habilidad en particular, necesita creer que puede hacerlo. Los niños nacen optimistas pero pueden perder confianza. Si es necesario para aumentar la confianza del niño podemos organizar una reunión familiar diciéndole al el/la niño/a sus razones para creer por qué puede aprender la habilidad.

 

Planificar la celebración

En Kids’Skill se involucra a los/as niños/as desde el principio en la planificación de un evento para celebrar el aprendizaje de sus habilidades. Es al mismo tiempo un refuerzo para la motivación, la confianza y consolida la comunidad que se ha creado.

La ceremonia puede variar pero siempre se planifica junto con el/la niño/a y es el/ella quien decide como se celebrará.

 

Concretar la habilidad

Algunas habilidades son bastante abstractas y por tanto difíciles de entender y practicar. “Tienes que aprender a ser más sociable”.

Puede ser útil pedirle a el/la niño/a que nos muestre. Como por ejemplo mediante un role playing sobre qué hará cuando domine su habilidad. Incluso, si tenemos el consentimiento paterno, puede ayudar grabar un pequeño video sobre esta actuación.

 

Hacerlo público

Algo positivo de hablar de habilidades en lugar de problemas es que nos liberamos del secretismo. Esto tiene ventajas que ya hemos visto pero además puede suponer un apoyo sorpresa de la comunidad. Hay muchas maneras de hacer este aprendizaje aun más público (carteles, invitaciones, libreta de honor…) 

¡Creatividad al poder!

 

Practicar la habilidad

“Practicar” puede ser una palabra muy de adultos. Hemos observamos que los/las niños/as están más cómodos “mostrando lo buenos que son”. Por lo tanto, debemos ayudarles a encontrar formas de ensayar sus habilidades. Y para que la práctica sea efectiva, debe ocurrir con frecuencia y por tiempo suficiente para que la habilidad se arraigue.

En este momento necesitamos ser creativos, una vez más. Afortunadamente los/las niños/as son talentosos en inventar juegos para actuar, y para practicar actividades que han visto hacer. Necesitamos diferentes alternativas para reforzar, de esta manera nos adaptamos a cada niño/a, adolescente.

 

Diseñar los recordatorios

Cada vez que aprendemos nuevas habilidades, todos experimentamos momentos en los que perdemos temporalmente la habilidad que estamos aprendiendo y volvemos al comportamiento anterior. Esto es normal y no necesita ser visto como una recaída o un retroceso. Es más útil pensar que es simplemente como olvidar la nueva habilidad.

 

Celebrar

Una vez que hay un acuerdo de que el/la niño/a ha adquirido la habilidad, es hora de organizar la celebración que se había planificado. Este evento es una especie de ritual, una declaración de la adquisición de una nueva habilidad por parte del niño/a.

Una parte importante de la celebración es pedirle al niño que agradezca a todos los que lo han apoyado durante el proceso de aprendizaje. ¿Cómo te ayudo mama/la hermana/profesora…? De esta manera el/la niño/a también se de cuenta del efecto de aprender con el apoyo de una comunidad.

Esta celebración es beneficiosa para toda la comunidad de ayudantes. Al fin y al cabo siempre es agradable escuchar que nuestro trabajo trae resultados positivos. Difunde la alegría y ayuda a desarrollar la competencia en los niños/as.

 

Enseñar la habilidad a otros

Los niños tienen una necesidad innata de aprender, pero también tienen una necesidad innata de enseñar.

Les produce orgullo enseñar a otra persona lo que dominan. Además de aumentar la autoestima y ayudar a otra persona a aprender la misma habilidad se le refuerza el dominio de la habilidad minimizando el riesgo de olvidarse de la habilidad aprendida.

 

Avanzar hacia la siguiente habilidad

La vida es un proceso de aprendizaje continuo. Una vez que un/a niño/a ha aprendido una habilidad, a menudo hay otra habilidad que está esperando ser aprendida.

Una experiencia positiva aprendiendo una habilidad aumenta la confianza y la motivación de el/la niño/a para aprender la siguiente habilidad.

 


 

Resumiendo, en terapia infantil tenemos que lidiar con problemas diariamente. La forma de trabajar tiene un impacto significativo no solo en los/as niños/as sino también en nosotros/as mismos/as. Poder trabajar con alegría y creatividad aumenta nuestra felicidad y bienestar.

He estado colaborando con el Dr. Furman durante todo el curso traduciendo su app a español para que podamos tenerlo cuando antes en nuestro país. Ha sido un privilegio contribuir con mi granito de arena a este gran proyecto del Dr. Ben Furman.

Ten en cuenta que estos 15 pasos que has aprendido no se realizan de manera rígida. Sino que contemplan las bases de la terapia infantil de flexibilidad y creatividad. Son más bien, un conjunto de pautas que pueden ayudar a trabajar con los niños/as y sus padres de una manera respetuosa, cooperativa y creativa.

 

Cristina García Van Nood, psicóloga en Ampsico

Dile la verdad, pero con cariño

Dile la verdad, pero con cariño

“Mami… ¿Dónde está el abuelo? ¿Por qué no vamos hoy a su casa para comer con él?” preguntó Dani de 7 años dos días después de que su abuelo falleciese. “Cariño, hoy nos vamos al parque… seguro que nos lo pasamos mejor”. Le contesta su madre con lágrimas en los ojos. Tiene miedo a que Dani siga con su interrogatorio y ella no sepa cómo contestarle. Sabe que si le dice la verdad su hijo va a llorar y lo va a pasar mal. Tenía una relación muy especial con su abuelo.

Nos suena de algo esta escena, ¿verdad? Si no la hemos vivido directamente, hemos escuchado en varias ocasiones como nos la contaban. Y es que, la muerte es una etapa de nuestra vida. Algo natural que tarde o temprano tenemos que afrontar con mayor o menor distancia emocional y física. Aunque es difícil aceptar la idea ya que significa no volver a ver a una persona nunca más, tenemos que convivir con ella y hacerlo parte de nuestra vida. En ocasiones no terminamos de afrontarlo y se convierte en un problema. Sobre todo cuando se trata de hablar con los más pequeños de la casa y explicarles lo sucedido. ¿Por qué? ¿Cuándo? ¿Cómo? Demasiadas preguntas que ni nosotros mismos los adultos nos podemos contestar.

“Se ha ido muy lejos, se ha quedado dormido, está en el cielo…” son algunas de las razones que se les da a los niños para responder a sus inquietudes con respecto a las personas fallecidas. Así los mayores no nos vemos obligados a tener que volver a explicar qué ha pasado o porqué, y creemos que estamos evitándoles pasar un mal trago. Pero nada más lejos de la realidad, lo que sucede es que evitamos hablar sobre la muerte y de alguna manera, estamos dando un mensaje de “tema prohibido o tema tabú” a los propios niños, creando una incertidumbre e inquietud en ellos. El hecho de que no sigan preguntando no significa que hayamos resuelto sus dudas o inquietudes. Ellos siguen sin terminar de entenderlo. Se ven obligados a construir sus pensamientos: la poca información que recogen de su entorno la mezclan con su imaginación, y forman sus propias teorías o se dan sus respuestas. Podemos entender que no siempre son la mejor opción para ellos. Por eso es importante ayudarles a encontrar respuestas acertadas en su mundo de fantasía. Para no alimentar que esas razones que ellos mismos construyen y se dan, sean más dañinas que la propia realidad.

¿Qué nos hace dar rodeos y no pronunciar delante de ellos la palabra “muerte”? Pues en la mayoría de las ocasiones, es nuestra propia angustia o inquietud. Evitamos incluso llamarlo por su nombre, utilizando expresiones como las anteriormente citadas. Pensamos que mantenerles un poco alejados de esta realidad, les va a ayudar a crecer sin desasosiego. Es algo tan traumático para nosotros que pensamos que cuanto menos se hable de ella, menos sufrimiento les causaremos. Sin embargo como ya hemos adelantado, producimos el efecto contrario.

Algo básico en la comunicación del fallecimiento de un ser querido son estos cuatro conceptos clave:

  1. La muerte es universal, hasta las hormiguitas que hay en el campo se mueren.
  2. Es irreversible, una vez que un ser vivo haya fallecido no puede volver a vivir.
  3. Si nos morimos el cuerpo lo hace con nosotros. Todas las funciones vitales que hacen que podamos comer, respirar, escuchar… dejan de funcionar.
  4. Y el cuarto, siempre tiene una explicación: enfermedad, accidente, edad…

Estos cuatro conceptos claves que se relacionan con la muerte van a ser entendidos, aprendidos y asumidos por el niño variando en función del momento evolutivo en el que se encuentre.
Para hacérselo más comprensible al niño y ayudarle a integrar esta vivencia, es de vital importancia que sus padres o los mayores de su alrededor, se lo hagamos más fácil. Hablarles con naturalidad y sin esconder lo que ello provoca en nosotros. Enseñándoles que llorar es una respuesta normal al pensar que su abuelito no va a volver y por tanto, no hay que esconderse para hacerlo ni sentirse mal por ello. Si les transmitimos seguridad llevando a la normalidad lo que se siente en estas situaciones, le damos un espacio para que pregunten sus inquietudes y dudas. Además, si les mostramos que su día a día va a sufrir el menor cambio posible, que va a poder seguir yendo a su cole o visitar a su abuela, ellos sienten menor vértigo. Su mundo no se desmorona tanto como en un primer momento han creído.

En el caso de nuestro pequeño Dani, con sus siete añitos seguramente que ya entienda el carácter irreversible y definitivo de la palabra muerte. Es decir, que su abuelito ya no volverá a comer con él a la salida del cole. En este caso, Dani ha reaccionado de una manera sosegada, pero a su edad no es raro cuando ante este tipo de situaciones los niños se vuelven algo agresivos, demasiado alegres o incluso juegan a buscar a las personas desaparecidas. Son afrontamientos que dentro de unos límites temporales y cualitativos, forman parte de un proceso normal de aceptación. Pueden evitar mostrarse todo lo tristes que están, o negar que sienten pena. Por ello es importantísimo que se sientan apoyados emocionalmente por sus familiares y personas de confianza. Si lloramos con ellos y no nos escondemos, hablamos de la persona que ya no está con naturalidad manteniéndole en el día a día.

“Mami… ¿Dónde está el abuelo? ¿Por qué no vamos hoy a su casa para comer con él?”, preguntó Dani. “Cariño, no podemos ir con el abuelo porque sabes que se murió hace dos días”, le contesta su madre. “Y entonces, si no le veo ¿me voy a olvidar de él?” contesta Dani con gesto de preocupación. “No hijo, siempre que quieras le vamos a recordar y hablamos de él ¿Qué te parece si me cuentas uno de los chistes que él te enseñó?” le dice. “¡Vale! ¿Cuál prefieres?”. Y así Dani pasó todo el camino a casa, triste porque no vería a su abuelo, pero tranquilo porque su mami le había enseñado una manera de no olvidarle. Después de que ya no podría jugar más con su abuelo a las canicas, era lo que más le preocupaba.

 

Julia Romero Bernal, psicóloga en Ampsico

 

 

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