¿Cómo le digo a mi hijo/a que va a ir al psicólogo?
En mi experiencia como psicóloga infanto-juvenil he notado que antes o después de la primera entrevista con los padres aparece la pregunta:
“Oye Cris, ¿Cómo le digo a mi hijo que va a ir al psicólogo?»
Esta pregunta es del todo lógica, especialmente si tú mismo no has acudido nunca a la consulta del psicólogo. Todos sabemos en qué situaciones tenemos que visitar al oculista, fisioterapeuta o médico de cabecera, pero, ¿y cuando tienes que ir al psicólogo? ¿sabrías explicárselo a tu hijo o hija?
En este artículo queríamos resolver estas y otras dudas relacionadas para facilitarte el contacto.
¿Cuándo tengo que ir al psicólogo con mi hijo/a?
Los problemas que provocan malestar en los niños/as pueden estar relacionados con:
- Problemas de aprendizaje.
- Dificultades sociales.
- Problemas de conducta.
- Problemas de alimentación y/o sueño.
- Dificultades emocionales.
- Duelos.
- Problemas familiares.
- Control de esfínteres (encopresis, enuresis)
Siempre que aparezca alguna preocupación sobre tu hijo/a puedes consultar con un especialista para saber si es algo normal en el momento evolutivo o si es un problema que está interfiriendo en su vida.
Pero, ¿qué hace un/a psicólogo/a exactamente?
Interesante pregunta. Los psicólogos somos especialistas en el bienestar. Cuando nos duele la barriga tenemos muy claro que tenemos que ir al médico. Sin embargo cuando algo no va bien en nuestra vida y no sabemos cómo continuar, el especialista al que acudir es el psicólogo.
Para explicar este concepto en un lenguaje adaptado a la edad del niño/a podemos decir que es un/a experto/a en las emociones y en ayudar a los niños/as . No es necesario tener miedo a utilizar la palabra “psicólogo”, es posible que ya tengan alguna idea preconcebida. En ocasiones esa idea inicial está basada en creencias erróneas. Si estas aparecen es un buen momento para rectificarlas. Amplío esta información en el siguiente epígrafe.
Este libro del Colegio de Psicólogos puede seros muy útil para explicárselo a los niños/as.
«Yo no estoy loco/a»
Claro, precisamente por eso hay que ir al psicólogo. Cuando tenemos un problema, lo que sería de locos es no buscar la ayuda necesaria o buscarla en lugares inadecuados.
Existe la falsa creencia de que el psicólogo es exclusivamente para la enfermedad mental grave pero no es cierto. Todos los problemas de la vida son cuantitativos que no cualitativos. Esto quiere decir que todos podemos sentir ansiedad, tristeza, soledad o falta de capacidad de resolución de conflictos, la única diferencia es la intensidad. Cuando estos problemas se acentúan es cuando es necesario acudir a un profesional.
Puede que creas que tu hijo/a tenga estos pensamientos pero es posible que estén en tu cabeza y no en la de él/ella. En mi experiencia esta falsa creencia está más presente en los padres y madres que en los niños.
¿Por qué tengo que ir yo al psicólogo?
Mi respuesta a esta pregunta es que la vida es un continuo aprendizaje, no termina cuando llegamos a una determinada edad. Incluso mi abuela a sus 86 años está aprendiendo ahora a utilizar su ipad para poder jugar al sudoku (ejemplo verídico).
Cada nueva etapa vital tiene nuevos retos a los que enfrentarnos y esto se traduce en habilidades que nos convienen aprender.
¿Y tú, qué necesitas aprender para estar más feliz o más tranquilo/a?
¿Cómo son las sesiones?
Las sesiones con niños y adolescentes se adaptan a sus necesidades. Esto es algo visible en los materiales que se utilizan y el espacio en que el que tiene lugar las sesiones.
En resumen, si tienes dudas ante un problema de tu hijo/a te recomendamos que acudas a un profesional. De este modo si es una dificultad que no necesite intervención psicológica vas a poder estar más tranquilo y confiar en que el desarrollo solucionará las cosas. Y en caso contrario, podrás intervenir a tiempo y evitar que el problema sea cada vez mayor.
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