Hoy queremos que conozcas un poco más de cerca a otra de las personas que han entrado a formar parte de nuestro equipo. Ella es Natalia, la nutricionista que nos acompañará el próximo 19 de octubre en el taller «Desayuno saludable». Su adolescencia, marcó el inicio de una de sus grandes pasiones, la nutrición y el bienestar. Esta es su historia…
¿Por qué decidiste ser nutricionista?
Siempre me han interesado las ciencias relacionadas con la salud. De adolescente estaba acomplejada de mi cuerpo e hice un montón de dietas milagro. Creo que fue por eso por lo que me empecé a interesar más aún por la alimentación y la bioquímica cuando estudiaba bachillerato. En las jornadas de puertas abiertas de la universidad descubrí la carrera de Nutrición y Dietética y tuve claro que esa era la carrera para mí.
¿Qué es lo que más te gusta de tu profesión?
Ver que mis pacientes consiguen mejorar sus hábitos, autoestima y salud.
¿El mayor reto al que te has enfrentado en tuprofesión?
Trabajar con pacientes con cáncer muy jóvenes. Fue gratificante poder ayudar en un momento tan complicado, pero a la vez un reto emocional aceptar que a veces nuestra ayuda tiene un límite.
¿Una canción y una emoción?
Don’t wanna miss a thing de Aerosmith. Me transmite amor.
Tu lugar favorito en el mundo.
Pregunta difícil. Si tengo que elegir solo uno, quizá la sierra cerca de mi ciudad natal. Me transmite tranquilidad y me siento en casa.
¿Qué otras pasiones tienes?
Me encanta escuchar música, viajar y los animales. Me encantaría tener una casa llena de todo tipo de animales (perros, gatos, mapaches, chinchillas…)
¿Puedes recordar lo último que aprendiste impartiendo un taller o dando una sesión?
Lo importante no es cómo te ves, sino cómo te sientes. Porque hasta que no te sientas bien contigo misma, nunca te verás bien.
Para terminar, una frase que tengas presente en el día a día.
Tengo dos muy relacionadas:
Cuando las cosas no sucedan de inmediato, piensa que lleva 6 meses para construir un Rolls Royce y 13 horas para construir un Toyota.
Un problema de salud marcó el inicio de su camino como emprendedora. Ella es Laura Moreno Jiménez-Bravo. Participó en uno de nuestras formaciones para psicólogos y tanto sus ideas innovadoras como la ilusión que desprendía nos hicieron ver, rápidamente, que llegaba con fuerza para quedarse.
Su proyecto se basa en dos áreas fundamentales: visibilizar la endometriosis, una enfermedad crónica del sistema inmunitario que sufren más de 2,5 millones de mujeres en España, cada vez más común pero todavía muy escondida. Lo tuvo claro desde el principio: quería ayudar a las mujeres que la sufren a recuperar su bienestar desde una intervención holística, integrando la psicología y la nutrición. ¿Su objetivo principal? Empoderar a las mujeres desde la salud emocional, mental y física.
¿Quieres conocer la historia de esta emprendedora? Ella misma nos lo cuenta en esta entrevista.
¿En qué momento decides convertirte en emprendedora? ¿Qué fue lo que te llevó a tomar esa decisión?
La decisión la tomé hace unos meses cuando casi pierdo la vida a causa de la endometriosis…después de este duro golpe me di cuenta que tengo que trabajar para que ninguna mujer vuelva a pasar por situaciones parecidas. Nació en mí una necesidad de divulgar e informar sobre endometriosis y por eso entendí que mi misión en la vida es ayudar a todas aquellas mujeres cuyas vidas se han visto truncadas de algún modo por la endometriosis, o problemas de salud similares.
Desde el inicio hasta el punto en el que se encuentra hoy tu proyecto, ¿cómo ha sido el camino? ¿Cuáles ha sido tus mayores dificultades?
Ha sido (y está siendo) un camino complejo. A veces me he sentido muy sola, un poco perdida, sin saber qué dirección elegir. A parte, al tratarse de un proyecto basado en una experiencia personal tan “fuerte”, he sufrido momentos emocionales que me ha costado gestionar (tristeza, estrés…); sin contar con los problemas de salud que a veces aparecen como enferma crónica que soy… la endometriosis no te permite rendir al 100% todos los días.
¿Qué hace a tu proyecto diferente de otros?
Mi proyecto ha nacido desde el amor, la ilusión por ayudar y la experiencia. Lo que le diferencia del resto son mis vivencias únicas y personales, lo cual me ayuda a entender y empatizar con las mujeres de una forma “especial”. Es un proyecto humano, que quiere visibilizar a todas las mujeres enfermas que no son escuchadas ni atendidas como se merecen y ofrecer ese acompañamiento tan necesario. Este proyecto pretende ser una guía para todas las mujeres que alguna vez se hayan sentido solas y atrapadas. Quiero transmitirlas el mensaje de que se puede ser feliz con endometriosis.
«Si lo sientes hazlo, exprésalo, materialízalo».
Realizaste en Ampsico hace unos meses uno de nuestros cursos para emprendedores, en concreto “Marketing emocional para psicólogxs”. ¿En qué te ayudó la formación?
El curso que realicé con Ampsico me dio mucha luz y me recargó de energía. Inma y Jorge son dos grandes expertos en marketing y comunicación, y su experiencia más sus conocimientos me ayudaron a reorganizar mis ideas y entender en qué aspectos fallaba y porqué. Nunca había escuchado el concepto de marketing “emocional” hasta que encontré este curso y, desde luego, me encantó porque emprender un negocio de psicología no es igual al resto; hay variables que se nos escapan y la formación que recibí en Ampsico me ayudó mucho.
¿Qué consejo darías a alguien que, como tú, esté pensando en emprender su propio proyecto profesional?
Yo soy de las que pienso que cuando detectas cuál es tu “pasión” y tu deseo, es un crimen que no lo lleves a cabo, aunque al principio cueste. Así que mi consejo es que si lo sientes hazlo, exprésalo, materialízalo. Por supuesto, con una buena base de formación y conciencia, con prudencia y buscando asesoría y ayuda siempre que se necesite, gestionando bien las emociones y aceptando que no será un proceso lineal, pero teniendo en cuenta que de cada dificultad saldrás más reforzadx y empoderadx, ¡no tengas miedo! La vida es un continuo aprendizaje, pase lo que pase, intenta disfrutar del camino.
Aunque la adolescencia es un periodo de cambios, rebeldias y disputas continuas, hay que intentar vivirlo como una experiencia positiva, por muy extraño que te parezca. Es un momento de aprendizaje y la familia debe ser partícipe de ese proceso y dar su apoyo.
Tenemos que tener claro que nuestro hijo va a pasar por esta fase, y es mejor que sepamos a qué atenernos. “Es una etapa de mucha crisis y los padres no saben manejarse en las situaciones nuevas que presenta”.
Sin darnos cuenta educamos en el miedo, anticipamos los problemas de la adolescencia antes incluso de que ocurran. Y del miedo pasamos a la sobreprotección, que deja a los adolescentes sin capacidad de autodisciplina, control de impulsos y tolerancia a la frustración”
¿Es malo? No, sin conflicto no hay convivencia, pero hay que saber manejarlo. A los padres les cuesta mucho mentalizarse de que a partir de ahora tienen que negociar, es decir, ceder unas cosas para conseguir un objetivo común con el adolescente”. ¿Y por que en esta etapa nos cuesta entender esto? …Porque el adolescente ya no depende de nosotros para muchas cosas, es un sujeto distinto que tiene ideas propias.
“Es verdad que los adolescentes viven una etapa difícil en la que deben tomar decisiones clave. Pero esta experiencia de estrés vital, de desorientación, lo que puede dañar es mucho más importante: su autoestima. Cuando los jóvenes llegan con sensación de fracaso es porque han asumido el miedo a no ser nada en la vida. Debemos eliminar esta presión y fomentar su seguridad”.
Ángel Peralbo. Licenciado en Psicología y postgrado en Psicología Clínica del Niño y del Adolescente.
A continuación enunciamos 6 prácticas que SÍ funcionan con las y los adolescentes.
Hablar, hablar y hablar. Aunque a veces creamos que no se lo merezcan y estemos dolidos o decepcionados por su comportamiento, no rompamos la comunicación con los hijos e hijas adolescentes, porque también tienen “derecho” a equivocarse. La educación se realiza hablando y si perdemos la comunicación, perdemos la capacidad de educar.
Algunas pautas para preparar el diálogo son:
Buscar el momento y el lugar oportuno para hablar.
Esperar a que todos estén en condiciones de hacerlo.
Utilizar formas y tonos adecuados.
Concretar al máximo los acuerdos.
Si no se cumplen, pedir explicaciones también de manera adecuada.
Elogiar, halagar. Pocas cosas recibimos mejor de los demás que el reconocimiento por lo que hemos hecho, por nuestras capacidades, por
nuestros esfuerzos, por nuestros comportamientos,… Solamente desde la percepción de cosas buenas en nuestros hijos e hijas podremos solicitarles que se esfuercen en cambiar otros aspectos menos agradables.
Hagámosles que se sientan “importantes”, queridos. Podemos llamarles la atención, reconducirles, recriminarles determinados comportamientos, solo si son conscientes de que nos importan. Recordemos que el castigo solo funciona
si el que lo pone también importa.
Démosles la responsabilidad sobre su vida. “Responsabilidad” que en muchas ocasiones será “tutelada”. Cuando los y las adolescentes sienten que son responsables de sus actos, suelen funcionar mejor que cuando sienten que están siendo excesivamente controlados. Quieren demostrar que son capaces de hacer las cosas bien.
Eduquemos en valores. Puede sonar a antiguo pero muchos de los comportamientos que les pedimos están íntimamente ligados con valores como la responsabilidad, el respeto, la solidaridad, el esfuerzo.
Vigilemos el Tiempo Libre. Puesto que la Adolescencia es una etapa caracterizada por la acción, facilitemos que participe en diferentes grupos (culturales, deportivos, de Tiempo Libre…), organizados y positivos.
Lo que No funciona con las y los adolescentes es lo siguiente:
Entrar en discusiones, amenazas, enfado, lo que supondrá un empobrecimiento de las relaciones familiares. Esto conlleva:
• No utilizar malas formas o modos
• No dirigirnos a ellos y ellas con tonos fuertes.
• No utilizar el castigo de forma muy frecuente.
• No discutir en el momento del enfado
• No culpabilizar siempre al otro de los errores
• No sacar siempre lo negativo del otro, sin decirle que también hace cosas bien.
Los regalos, los premios “bajo promesa” de cambio. Obtienen buenas palabras, crean ilusión en los padres y madres pero, apenas, ninguna modificación en el/la adolescente. Si transmitimos la idea de que cuando quiera conseguir algo, no tiene más que hacer algo mal, así como a “poner precio” a todas sus obligaciones, convertiremos nuestra casa en un mercado.
“Flojear”, ser excesivamente comprensivos con conductas graves. No todo es negociable, y no todas las conductas se pueden relativizar.
Asumir sus responsabilidades como por ejemplo “llevarle al colegio”, “estudiar por él/ella (con él/ella)”. Llega un momento en que el/la adolescente tiene que aprender a llevar sus obligaciones y responsabilidades a cabo, y no las hará mientras estemos asumiéndolas nosotros.
En todo caso, si la situación familiar es muy complicada y entre todos no pueden lograr soluciones es un buen momento para buscar ayuda profesional.
La fantasía, la espontaneidad y la creatividad del juego
a favor de los niños en terapia.
La caja de arena es una técnica proyectiva que permite externalizar los estados internos y desde ahí observar los conflictos internos, las transferencias que se realizan a personas u objetos y un largo etcétera. Tal y como dijo Rapaport, todas las manifestaciones del comportamiento humano, desde las más insignificantes, revelan y explican la personalidad del sujeto, es decir, el principio individual del cual es portador. Desde este punto de vista todo lo que hacemos (y también lo que dejamos de hacer) da información constante sobre quiénes y cómo somos.
Esta técnica apareció de la mano de la pediatra y psiquiatra inglesa Margaret Lowenfeld que empezó a utilizar el juego con la arena, el agua y las miniaturas en las sesiones con los niños. Se dio cuenta de que los niños construían escenarios en los que representaban su propio mundo interior y exterior. Los niños lo bautizaron como “la técnica de los mundos”. Y por tanto se dice muy acertadamente que los auténticos creadores de la técnica fueron los propios niños.
Para quién está especialmente indicada
La técnica de la caja de arena es sensible de ser utilizada con todo tipo de personas, desde niños hasta ancianos. Sin embargo hay poblaciones en las que está especialmente aconsejado por aportar un canal de comunicación que va más allá de lo verbal. Estas poblaciones son:
Personas que han sufrido traumas, malos tratos o abandono.
Personas con retraso en el desarrollo, bajas habilidades verbales o baja inteligencia emocional.
Pacientes con historial de daño neurológico.
Niños con trastornos del apego.
Beneficios de la técnica
La caja de arena permite tender un puente entre la realidad intrapsíquica donde el niño o el adulto y las escenas que elaboran en el exterior.
Otro beneficio clave es la seguridad. El entorno y la actitud del terapeuta crean un clima en el que sentirse tranquilo para poder expresarse.
Además, la técnica es una fuente de metáforas terapéuticas. Algunos ejemplos que José Luis Gonzalo Marrodán da en su libro son superhéroes como sentimientos de seguridad y protección; las vallas como contención, límite y protección; los puentes como elementos de integración y los monstruos para representar la noche, el terror.
El respeto que implica hacer exploración en lugar de una interpretación ya que se valida el paciente es el único experto en su propia caja. Además de que no obliga a elaborar verbalmente después con el paciente.
En conclusión está técnica proyectiva permite facilitar el mensaje cuando las palabras no son tan útiles. Pone la creatividad y el juego a favor de la terapia, tal y como hemos visto con otras técnicas en la terapia infantil y adolescente, desde mi experiencia eso siempre es un acierto. La caja de arena me ha enamorado desde el primer momento en que recibí la formación y espero poder seguir profundizando en ella con los años. Es un placer compartir una breve introducción a este mundo mágico.
Bibliografía
Construyendo puentes. La técnica de la caja de arena (2014). José Luis Gonzálo Marrodán. Desclée de Brouwe.
Alzate Vélez, L. y Muñoz Vila, C. (2016) El reflejo de la realidad interna en el juego con la caja de arena. Revista de Psicología Universidad de Antioquía 8(1), 111-126.
Ventanas a nuestros niños: Terapia Gestáltica para niños y adolescentes (1988) Violet Oaklander. Cuatro Vientos Editorial.
Manual de Terapia Infantil Gestáltica (2010) Loreta Cornejo. Desclée de Brouwe.
La ira es una de las emociones que forman parte de nuestro “paquete básico”, ese con el que contamos desde el momento de nacer. Labios cerrados y apretados o por el contrario boca muy abierta, ceño fruncido, cara roja… son algunas de las expresiones que nos harían reconocer esta emoción en cualquier parte del mundo.
La ira suele aparecer en situaciones de conflicto, ya sea con nosotros mismos o con otras personas, cuando sentimos que se nos ha tratado injustamente o cuando vemos difícil conseguir una meta importante para nosotros.
Por las sensaciones que nos provoca, solemos meter a la ira dentro del “saco” de emociones desagradables, y como tal tendemos a evitarla. Pero se nos olvida algo importante y es que, como todas las emociones, la ira también tiene una función: nos predispone a la acción en un intento de protegernos contra aquello que nos provoca malestar. Esta función es adaptativa cuando nos impulsa a hacer algo para resolver un problema o cambiar una situación difícil, pero también puede conllevar riesgos de inadaptación cuando se expresa de manera inadecuada.
Cuando experimentamos ira se ponen en funcionamiento tres tipos de respuesta diferentes:
Una respuesta corporal, en la que nuestro cuerpo recibe una llamada de alerta, preparándose para el ataque o la defensa.
Una respuesta cognitiva, que vendrá determinada por la interpretación que hagamos de esa situación concreta.
Una respuesta motora, es decir, qué conducta vamos a llevar a cabo.
Este fragmento de la película «Del revés» refleja muy bien cuál es la expresión de la ira y cómo entran en juego estos tres tipos de respuesta.
¿Cómo podemos gestionar la ira?
Estas son algunas de las estrategias que pueden ayudarte en el manejo de esta emoción:
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