¿Discutes con tu pareja durante las vacaciones?
Al fin está aquí el tan ansiado verano. Esta época del año suele ser la escogida por la mayoría de nosotros para disfrutar de un descanso. Tras un año de trabajo largo e intenso, muchas parejas necesitan desconectar de esa rutina, protagonista de su vida diaria. No obstante, a veces las vacaciones pueden traer consigo numerosos conflictos de pareja.
¿A qué se debe?¿Cuál es la causa de nuestros conflictos de pareja?
Con la llegada de las vacaciones ambos miembros de la pareja han de compartir un espacio y un tiempo en común más amplios. Anteriormente puede que no estuvieran acostumbrados debido a los quehaceres diarios de cada uno el trabajo, las tareas domésticas o el cuidado de los hijos.
Tomarse unos días de descanso supone que muchas parejas tengan que convivir dentro de un contexto relativamente desconocido para ellas, y esto puede ocasionar que se pongan de manifiesto ciertos problemas o dificultades que han estado latentes con anterioridad a la propia época estival. Es en este preciso momento cuando la pareja puede darse cuenta de que no existe una adecuada comunicación entre ellos, o de que no disponen de sistemas eficaces de resolución de problemas.
Además, podemos destacar el cambio evidente que se produce en las rutinas diarias de los miembros de la pareja. Los roles que han desempeñado hasta entonces se transforman durante las vacaciones. Tal vez uno de los dos no esté dispuesto a asumir ciertas funciones durante su tiempo de descanso. Esto podría desembocar en un nuevo conflicto.
Por otro lado, la planificación de las vacaciones también puede ser un motivo importante de discusión. Cada uno puede tener diferentes aficiones e intereses, por lo que en un principio no es fácil elegir un destino vacacional. Además, existen desacuerdos en cuanto al presupuesto del que disponen para gastar durante los días de descanso. Todo ello hace algo más compleja la toma de decisiones a este respecto.
Estas son nuestras recomendaciones para atenuar los conflictos de pareja que puedan surgir durante las vacaciones:
• Sed realistas. Intentad por un momento paraos a pensar acerca de qué es lo que esperáis de las vacaciones; y de si pensáis que en unos días podréis solucionar ciertos problemas que lleváis arrastrando desde hace tiempo. Conviene que ajustéis vuestras expectativas en torno a estas circunstancias.
• Respetad lo que le gusta al otro. Resulta muy enriquecedor que cada uno tenga sus propios gustos y aficiones. Así, podéis realizar actividades por separado sin necesidad de que uno de los dos tenga que “aguantarse”.
• Reparto de tareas. Como hemos dicho antes, uno o ambos miembros de la pareja tendrán que asumir tareas a las que quizá no estén habituados. Es fundamental negociar de forma equitativa quién se va encargar de realizar determinadas tareas. La idea es que ninguno perciba que el reparto es injusto, o se sienta perjudicado. Os recomendamos una app para facilitar el reparto de las tareas aquí.
• Flexibilidad. Tratad de dar un margen a la improvisación, no os sintáis frustrados ni decepcionados si en algún momento las cosas no salen como estaban previstas: decid no a la rigidez a la hora de planificar vuestros días de descanso.
• La importancia de la comunicación y el diálogo. En este punto, un aspecto crucial hace referencia a la escucha. Es importante mantener un diálogo abierto, en el que podamos sentir que se nos está prestando atención. Hay elementos de la comunicación no verbal que también hay que cuidar: tono de voz, rostro relajado, contacto ocular, etc.
Y un último consejo: ¡No dejéis hueco en vuestra maleta para los conflictos!
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