Feb 13, 2016 | Psicología
El desarrollo de las nuevas tecnologías ha generado un cambio importante en la forma de relacionarnos y comunicarnos. Gracias a Internet, las redes sociales, la conectividad y los dispositivos móviles, el mundo entero está más conectado que nunca. Vivimos en la sociedad del aquí y el ahora, de lo inmediato y de la necesidad de compartir con el resto del mundo todo aquello que nos ocurre.

Como todo descubrimiento, la tecnología tiene sus ventajas e inconvenientes. Todo depende del uso que le demos. El hecho de poder comunicarnos de manera inmediata con personas que se encuentran a kilómetros de distancia supone un avance incalculable y un alivio para aquellas personas que viven lejos de sus familias y amigos. Tener un acceso ilimitado a toda clase de información y poder mantenernos informados en tiempo real de lo que ocurre en cualquier parte del mundo es también algo inimaginable hace algunos años.
Pero como decíamos, no todo son ventajas y es que cada vez nos comunicamos más a través de los dispositivos móviles en vez de hacerlo cara a cara lo que hace que nuestras relaciones interpersonales se enfríen y se pierda el contacto directo. Es habitual hoy en día asistir a una cena informal con amigos y darse cuenta de que a nuestro alrededor un gran número de personas están más atentas de su dispositivo móvil que de lo que está ocurriendo en la mesa.

Muchas veces el uso de las nuevas tecnologías esconde dificultades para expresar sentimientos o mantener relaciones saludables. Quizá puede costar menos transmitir lo que sentimientos a través de estos dispositivos electrónicos que diciéndolo en persona. Por otro lado, habría que reflexionar sobre la calidad y la autenticidad de las relaciones que se establecen a través de esta vía de comunicación. La información que conocemos sobre la otra persona es aquella que decide ofrecernos y a veces no existen garantías de que sean datos ciertos. Este aspecto supone un riesgo que afecta a personas de todas las edades y en especial a los adolescentes que pueden ser más vulnerables a este tipo de engaños.
La película “Her” (Spike Jonze,2013) reflexiona sobre esta evolución en las relaciones interpersonales y va más allá planteando un futuro donde las personas mantendremos relaciones sentimentales con sistemas informáticos. Sus protagonistas son personas con dificultades para establecer relaciones sentimentales con personas reales que se sienten más cómodos hablando con estos sistemas informáticos inteligentes.
¿Será este el destino de nuestra sociedad?
Desde Ampsico recomendamos un uso responsable de las nuevas tecnologías para no perder nunca la esencia de lo que somos, seres sociales. No permitamos que la tecnología nos distancie, sino que enriquezca nuestras relaciones y nos acerque a nuestros seres queridos.
Jun 20, 2015 | Psicología
¿Discutes con tu pareja durante las vacaciones?
Al fin está aquí el tan ansiado verano. Esta época del año suele ser la escogida por la mayoría de nosotros para disfrutar de un descanso. Tras un año de trabajo largo e intenso, muchas parejas necesitan desconectar de esa rutina, protagonista de su vida diaria. No obstante, a veces las vacaciones pueden traer consigo numerosos conflictos de pareja.
¿A qué se debe?¿Cuál es la causa de nuestros conflictos de pareja?
Con la llegada de las vacaciones ambos miembros de la pareja han de compartir un espacio y un tiempo en común más amplios. Anteriormente puede que no estuvieran acostumbrados debido a los quehaceres diarios de cada uno el trabajo, las tareas domésticas o el cuidado de los hijos.
Tomarse unos días de descanso supone que muchas parejas tengan que convivir dentro de un contexto relativamente desconocido para ellas, y esto puede ocasionar que se pongan de manifiesto ciertos problemas o dificultades que han estado latentes con anterioridad a la propia época estival. Es en este preciso momento cuando la pareja puede darse cuenta de que no existe una adecuada comunicación entre ellos, o de que no disponen de sistemas eficaces de resolución de problemas.
Además, podemos destacar el cambio evidente que se produce en las rutinas diarias de los miembros de la pareja. Los roles que han desempeñado hasta entonces se transforman durante las vacaciones. Tal vez uno de los dos no esté dispuesto a asumir ciertas funciones durante su tiempo de descanso. Esto podría desembocar en un nuevo conflicto.
Por otro lado, la planificación de las vacaciones también puede ser un motivo importante de discusión. Cada uno puede tener diferentes aficiones e intereses, por lo que en un principio no es fácil elegir un destino vacacional. Además, existen desacuerdos en cuanto al presupuesto del que disponen para gastar durante los días de descanso. Todo ello hace algo más compleja la toma de decisiones a este respecto.

Estas son nuestras recomendaciones para atenuar los conflictos de pareja que puedan surgir durante las vacaciones:
• Sed realistas. Intentad por un momento paraos a pensar acerca de qué es lo que esperáis de las vacaciones; y de si pensáis que en unos días podréis solucionar ciertos problemas que lleváis arrastrando desde hace tiempo. Conviene que ajustéis vuestras expectativas en torno a estas circunstancias.
• Respetad lo que le gusta al otro. Resulta muy enriquecedor que cada uno tenga sus propios gustos y aficiones. Así, podéis realizar actividades por separado sin necesidad de que uno de los dos tenga que “aguantarse”.
• Reparto de tareas. Como hemos dicho antes, uno o ambos miembros de la pareja tendrán que asumir tareas a las que quizá no estén habituados. Es fundamental negociar de forma equitativa quién se va encargar de realizar determinadas tareas. La idea es que ninguno perciba que el reparto es injusto, o se sienta perjudicado. Os recomendamos una app para facilitar el reparto de las tareas aquí.
• Flexibilidad. Tratad de dar un margen a la improvisación, no os sintáis frustrados ni decepcionados si en algún momento las cosas no salen como estaban previstas: decid no a la rigidez a la hora de planificar vuestros días de descanso.
• La importancia de la comunicación y el diálogo. En este punto, un aspecto crucial hace referencia a la escucha. Es importante mantener un diálogo abierto, en el que podamos sentir que se nos está prestando atención. Hay elementos de la comunicación no verbal que también hay que cuidar: tono de voz, rostro relajado, contacto ocular, etc.
Y un último consejo: ¡No dejéis hueco en vuestra maleta para los conflictos!

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