Creatividad y felicidad

Creatividad y felicidad

Creatividad y felicidad

 

La creatividad es la chispa que da luz a nuestra vida.

¿Qué lugar ocupa en tu vida?

 

Tradicionalmente se ha considerado la creatividad como una cualidad exclusiva de «artistas» como músicos, pintores, escritores… Pero lo cierto es que esta visión de la creatividad es demasiado simple y nos deja a fuera a muchos creativos. Personalmente prefiero la creatividad entendida como lo hace Guilford, psicólogo especialista en inteligencia, según el cual todos y cada uno de nosotros/as tenemos las cualidades de fluidez, flexibilidad, originalidad y pensamiento divergente. O dicho de otro modo, todos y cada uno de nosotros somos creativos. 

Y sin embargo, ¿cuántas veces hemos oído eso de «yo es que no soy creativo»? Puede que incluso lo hayas dicho tú mismo/a. Entonces si todos somos artistas en potencia, ¿cómo es que tantas personas tienen limitada la creatividad? Parece que algo bloquea este potencial en muchas personas y las hace vivir ignorando ese lado de sí mismos/as. Te planteo la siguiente cuestión:

 

Si bien ser creativo es parte de nuestra naturaleza, ¿no sería entonces vivir sin creatividad una manera de estar incompletos?

 

Para ilustrar este bloqueo y entenderlo mejor no hay nada mejor que el corto de Alike. Nos muestra perfectamente cómo en la vida va desapareciendo el brillo de la creatividad infantil por el tono grisáceo de las obligaciones del mundo adulto.

 

 

Creatividad en mi día a día como psicóloga

 

Continuando con mi hipótesis, he reflexionado sobre qué lugar ocupa la creatividad en mi día a día. Creo que en mi vida profesional la creatividad está presente de manera transversal, es decir, que atraviesa todos los pasos de la intervención psicológica. Al fin y al cabo los psicólogos realizamos un proceso creativo que va desde lo colectivo (todos somos creadores) a lo personal (el arte de ser uno mismo). Lo cual para mi es un gran honor. 

Para entender más este concepto de desarrollar el arte de ser uno mismo me ayudaré de Maslow, que lo hace mucho mejor que yo. A. Maslow, uno de los fundadores de la psicología humanista, explica cómo el concepto de creatividad y el de persona sana, realizadora y plenamente humana están muy cerca y puede que hasta resulten ser lo mismo. 

 

Conecta con tu creatividad en 4 pasos.

 

Puede que en este punto te estés planteando cómo puedes hacer que la creatividad vuelva a aportar brillo en tu vida. Aquí van 4 consejos que puede que te resulten de ayuda:

1.- Equivócate. De entre los grandes enemigos de la creatividad destaca el perfeccionismo. Tal y como Erich Fromm postula, la creatividad requiere tener el valor de desprenderse de las certezas. 

2.- Ten citas. La autora de El Camino del Arista, Julia Cameron, propone que tengas citas con el artista, pero no cualquier artista, sino tu propio artista interior. Esto se traduciría en crear oportunidades para inspirarte. Puede que para ti inspirarte sea dar un paseo por la naturaleza, visitar algún museo o ver escaparates… Lo importante es que estés contigo mismo/a en un entorno estimulante.

3.- Abúrrete. Cuando era pequeña solía repetir la cantinela de «Mamá, me aburro…» . A lo cual mi sabia madre siempre respondía igual «Qué bueno cariño, aburrirse de vez en cuando es buenísimo». Imagínate mi cara 🙂

El caso es que tenía razón. En ocasiones llenamos nuestras agendas hasta el infinito y más allá. Sin espacios en blanco la creatividad tiene muy complicado hacerse un hueco. Si podemos reservar espacios vacíos tendrás un campo de cultivo excelente para tu creatividad. Si esto te interesa, te invito a leer más sobre el vacío fértil.

4.- Juega. Otro gran enemigo de la creatividad es la rutina y la monotonía. Pregúntate si puedes permitirte sacar a jugar a tu niño/a interior.

 

Resumiendo, las personas creativas son capaces de flexibilizar y encontrar nuevas soluciones. Además están más conectados con su mundo emocional. Dicho de otro modo, el desarrollo artístico no se basa en un conjunto de técnicas brillantes sino en un proceso de desarrollo personal y de manera de vivir.

¿No es ese un gran potencial para tu felicidad y bienestar?

 

Cristina García Van Nood, psicóloga en Ampsico

 

 

 

Carta desde el Mundo de las maravillas, testimonio de una paciente

Carta desde el Mundo de las maravillas, testimonio de una paciente

Carta desde el Mundo de las maravillas,

testimonio de una paciente

 

Uno de los pilares de la práctica como psicóloga es la escucha activa. Me gustaría a invitarte a probarlo a través de este testimonio de una paciente.

 

Dicen que durante las conversaciones dedicamos tanta atención a pensar en nuestras respuestas que nos olvidamos de escuchar. Se ha demostrado que las experiencias compartidas enriquecen y provocan más comodidad y comprensión.  Es por eso que atesoramos los testimonios de nuestros pacientes a través de nuestra iniciativa de “Notas de Genios”, potenciamos que los pacientes se ayuden tanto a sí mismo como a los demás expresando su recorrido en la terapia y construir así una comunidad.

 

En esta ocasión puedes encontrar el camino de una persona que nos muestra que la vida nos pondrá la misma piedra delante, una y otra vez, hasta que logremos superarla.

 

Os dejo aquí su pequeño cuaderno de bitácora:

 

Desde que recuerdo hice pequeñas excursiones a la madriguera de Alicia. Tenía curiosidad por saber si habrá algo más. Durante los primero años, naturalmente, retorné a casa en varias ocasiones. Fue más tarde cuando realmente descendí de forma vertiginosa en un mundo que ahora tiene razón y lógica.

 

Si bien crecí muy cerca de un carácter que pueda recordar a la Reina de corazones, identificó en la oruga más similitudes con las enseñanzas que recibí. Recuerdo útiles consejos (“un lado te hará crecer y el otro disminuir”) con tintes severos y despreocupados al mismo tiempo. Quizás va implícito en el hecho de ser la pequeña esa independencia que no has solicitado.

 

Hoy todo cobra sentido. El ejército de naipes que habitamos en casa comprendimos con el tiempo y con la presencia de El Rey de corazones, vigilante y conciliador, que la reina es un naipe más.

 

Con la adolescencia llegué a una fiesta interminable de la mano del Sombrerero loco. Conocí el bullicio de la liebre de mazó y el lirón. Conversaciones sin sentido. Adivinanzas sin lógica. Cuando finalizaba cada cuento, uno nuevo empezada con nuevos lirones y liebres que se sustituían.

Yo preguntaba por los antiguos anfitriones a mi gran amigo El Sombrerero. Me extrañaba que fueran reemplazados con tanta rapidez. Aparentemente había muchos enigmas sin respuesta por no descubrir y muchas relaciones sin vínculo por fomentar.

 

En mi viaje me crucé con el conejo blanco. Sus prisas y su reloj a contrarreloj me llevaron a pensar que llegaba tarde a ninguna parte. La búsqueda y los esfuerzos unilaterales por encontrar el amor fueron un obstáculo. Hasta que me canse de cruzar océanos por quien no era capaz de saltar un charco. Así pasó el tiempo.

 

Pero no todo el recorrido fue pedregoso. Ni siquiera la Reina de Corazones lo era. Tuvo su parte entrañable y divertida con un sentido del humor que siempre agradeceré haber heredado. Lo considero una habilidad de lo dar réplica a un comentario con ironía.

 

Gracias a ese sentido del humor tropecé una y otra vez con El Gato de Chesire. Intermitentemente ha sido parte de mi vida, dejando flotar su sonrisa cuando creía estar sola.

 

  • Alicia: ¿Podrías por favor indicarme el camino para salir de aquí?
  • Gato: Eso depende en parte del sitio donde quieras llegar.
  • Alicia: El sitio no importa demasiado
  • Gato: Entonces no importa el camino que tomes.

 

Como es bien sabido, la sonrisa del felino brilla en cualquier sitio cuando menos lo esperas. Puede ser que me la encontrara cuando encendí el ordenador y me puse a curiosear, en el día que corría por Plaza de España emulando a El Conejo Blanco porque cuando llegaba tarde a mi cita con con el gato.

 

El aún esperaba para guiarme de nuevo en la salida de la madriguera. Eso sí, me pidió que le dedicara el mismo tiempo que habrá estado esperando.

 

Anónimo

 

Cada Carta de Sabios cuenta una historia diferente y sin embargo hay una parte de nosotros que podría conectar con cada una de ellas. Lo cierto es que en lo profundo somos más similares de lo que podría parecer a simple vista. ¿Y tu, eres una Alicia en busca de tu camino?

Cristina García Van Nood, psicóloga en Ampsico

 

 

 

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Nuestro equipo de cerca: Cristina García van Nood

Nuestro equipo de cerca: Cristina García van Nood

Entrevista a Cristina García van Nood

En esta sección del blog te presentamos el lado más personal de nuestro equipo. Este mes conocemos un poco más a Cris.

 

Esta entrevista empieza desde el principio, ¿qué querías ser de pequeña? 🙂

Siempre me interesaron mucho las artes plásticas. Me era más fácil expresarme a través de dibujos. Mi padre hizo la carrera de Bellas Artes y yo quería continuar sus pasos.

 

¿Un recuerdo de tu infancia?

Soy parte de una gran familia. Me considero muy afortunada de haber sido criada no solo por mis padres sino también de mis tíos y mis abuelos… formando parte de una pequeña tribu familiar. Todos mis recuerdos de la infancia son rodeada de mis primos y mis hermanas.

Un recuerdo que atesoro con cariño son los juegos que inventábamos entre todos los niños.

¿Por qué decidiste ser psicóloga?

Tuve muchas dudas a la hora de elegir profesión. Cambié muchas veces de opinión y en el último momento opté por Psicología. En los primeros años de Universidad no lo tenía del todo claro. Sin embargo me enamoré de esta profesión al ejercerla. Empecé a hacer voluntariado durante la licenciatura y continuo a día de hoy. Lo cierto es que la pasión por la psicología ha guiado gran parte de mis decisiones.

¿Qué es lo que más te gusta de tu profesión?

Es una pregunta difícil de contestar. Creo que la diversidad. No hay una sesión igual a otra. Cada día es diferente y único.

Algo que tienen en común todas y cada una de los personas que he conocido en Ampsico es la valentía, para querer cambiar los aspectos de su vida que obstaculizan su bienestar. Disfruto mucho de las cartas que los pacientes dejan al cerrar los procesos terapéuticos donde plasman el camino recorrido hasta alcanzar sus metas, utilizando la terapia como vehículo hacia ese objetivo. 

¿El mayor reto al que te has enfrentado en tu profesión?

Creo que el mayor reto al que me he enfrentado fue decidir dedicarme en exclusiva a la psicología. Es una profesión que implica cierta inestabilidad de horarios, de recursos… En un primer momento me dio mucho miedo vivir así.

¿Una canción?

Just Breathe de Pearl Jam. Eddie Vedder tiene una voz alucinante que me transporta.

Alguien a quien admiras y se merecería una entrevista.

Admiro mucho a mi abuela, la primera mujer de su pueblo en ir a la Universidad y casi la única de su clase. Nos ha enseñado a dos generaciones a ser fuertes ante los obstáculos de la vida y seguir superándonos. Desde luego una entrevista sobre ella sería muy interesante.

Tu lugar favorito en el mundo.

La playa del Bollullo, en Tenerife. Un pequeño paraíso de arena negra, acantilados y el salvaje Atlántico.

¿Qué otras pasiones tienes?

He podido integrar de alguna manera lo artístico en mi rutina. Además, siempre estoy haciendo algún curso de acuarela, ilustración…intento ser creativa en los materiales que preparo para las sesiones. 

También me gusta mucho viajar. He descubierto que no se necesita mucho para ser feliz, pero quizás en la rutina diaria es difícil tener cierta perspectiva . Es viajando como me he dado cuenta de ello.

¿Puedes recordar lo último que aprendiste impartiendo un taller o dando una sesión?

Mi última gran pasión es el trabajo con adolescentes, aprendo mucho de ellos. Recuerdo un ejercicio en el que la paciente inventó la clase «Estrés 101» en la daba consejos muy creativos para gestionar el estrés.

Un material que te guste mucho para trabajar y que recomendarías.

Me gusta mucho trabajar con libros de ilustraciones. Tanto con niños como con adultos.

De entre mis favoritos esta Ver la Luz de Emma Giuliani, Soy la muerte de Elisabeth Helland Larsen y El Vacío de Anna Llenas

Para terminar, nos gustaría que compartieras una frase que tengas presente en el día a día.

Disfruto de las placeres sencillos. Creo que para ello es esencial hacer las cosas más despacio de lo que normalmente solemos hacer. Pienso que las cosas buenas de la vida se hacen a fuego lento, como el arroz con leche.

a fuego lento

 

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