Relaciones tóxicas: Qué son y cómo detectarlas

Relaciones tóxicas: Qué son y cómo detectarlas

Cuando catalogamos  algo como tóxico, por ejemplo una sustancia, queremos decir que ésta nos puede producir algún daño, que es mala para nuestro organismo. Del mismo modo, podemos hablar de relaciones tóxicas, en este caso, enfocadas en el ámbito de pareja. Son aquellas en las cuales uno o los dos miembros de la relación sufren y les genera mucho malestar emocional. Vamos a describir más detalladamente cuáles son las principales características de este tipo de relaciones.

Para empezar, una de las señales más evidentes tiene que ver con las faltas de respeto y descalificaciones, que pueden darse de forma unilateral o mutua. Se produce entonces una especie de dinámica perversa, en la que el  objetivo del ataque es minar al otro y ostentar una posición de dominio y superioridad, creando así una relación de poder asimétrica.

El chantaje emocional es también característico en las relaciones tóxicas de pareja. Esta situación ocurre cuando uno adopta el papel de víctima y tiende a culpabilizar reiteradamente a la otra persona de todos sus males, de sus dificultades y de sus problemas. Se expresa en forma de presión y amenaza hacia el otro, poniendo condiciones y advirtiendo de consecuencias indeseables en el que caso de que la otra persona haga algo que le enfade. Quizás lo entendamos mejor con un ejemplo. A mí me gustaría salir de vez en cuando con mis amigas a tomar algo, pero mi pareja me dice abiertamente que le molesta, y además añade “tú verás lo que haces”, “si te vas es que no me quieres tanto como dices”. Este tipo de comentarios pueden hacer que la otra persona deje de lado sus deseos y preferencias por “contentar” a la pareja y evitar así que ésta se enfade, pero esto no es más que una estrategia de manipulación afectiva que posiblemente se seguirá repitiendo con cierta frecuencia y consolidará un modo de relacionarse culpabilizador y limitante.

Por otra parte, en este tipo de relaciones además pueden aparecer comportamientos de control, la desconfianza y los celos; todo ello, una vez más, lo puede ejercer sólo uno de los miembros de la pareja o darse de modo recíproco. Normalmente, detrás de todo ello, se encuentra el miedo a perder al otro, pero desde un punto de vista de posesión, como un objeto que piensa/n que le/s pertenece. Quien lo sufre se ve sometido/a a una intensa angustia y tensión, porque se ve siempre teniendo que dar explicaciones, y por desgracia, éstas casi siempre son insuficientes para desmontar lo que habitualmente es una creencia irracional relacionada con una supuesta infidelidad (o tentativa de la misma).

En resumen, las relaciones tóxicas suponen para las personas que se encuentran atrapadas en ellas un enorme desgaste emocional. Lo primero para poder salir de ese atolladero consiste en identificar algunos de estos indicadores que acabamos de explicar. Recuerda que una relación sana se construye sobre unos pilares fuertes: respeto, confianza, apoyo mutuo, libertad para decidir y expresar opiniones… Una relación afectiva debería sumar, no restar, que nos sintamos plenos/as y sobre todo, que nos permita ser nosotros/as mismos/as. Si ves que hay algo de lo que has leído hasta este momento con lo que te identificas, actúa, pide ayuda: la línea que separa lo tóxico de una situación de maltrato es muy, muy delgada. Date permiso para elegir quién quieres que esté a tu lado, tienes ese derecho: nuestra recomendación es que lo ejerzas.

Begoña López

 

Sexualidad: Logra una vida sexual satisfactoria

Sexualidad: Logra una vida sexual satisfactoria

Hoy queremos hablaros de sexualidad, un tema del que se habla con mucha frecuencia pero del que se cuenta con información no siempre del todo cierta. Según la RAE, el término sexualidad hace referencia, por un lado, al “conjunto de condiciones anatómicas y fisiológicas que caracterizan a cada sexo”, y por otro “apetito sexual, propensión al placer carnal” . Atendiendo a esta última acepción, vemos que se relaciona con la satisfacción y el deseo sexual.

Es importante hablar de sexualidades (sí, en plural), esto es, hay tantas como personas en el planeta, ya que cada un@ de nosotr@s posee una configuración propia, un modo particular y único de experimentar, pensar y sentir nuestra sexualidad, aún cuando existen características comunes a todo el mundo (biológicas, psicológicas, sociales y culturales).

Como decíamos al principio de este texto, en torno a la sexualidad, existe gran cantidad de información, pero no siempre es correcta o está basada en evidencia científica, lo cual hace que se perpetúen mitos y creencias erróneas. Aquí os describimos algunas de ellas:

El sexo sólo se refiere al coito, al momento de la penetración. Sostener esta idea es bastante simplista, puesto que existen otras muchas formas de tener intimidad con tu pareja, como besos, caricias, palabras, imágenes…
Si un hombre obtiene placer sexual mediante estimulación anal, esto quiere decir que es homosexual. Aquí estaríamos deduciendo que la orientación sexual se define exclusivamente por el el hecho de que a un hombre le resulte placentera este tipo de práctica; se trata de una idea equivocada, pero que tal vez sostengan aquellos varones que creen ver amenazada su virilidad.
En la mujer existen dos tipos de orgasmos: clitoriano y vaginal. En realidad, lo que ocurre es que varía la forma de alcanzarlo, son dos caminos diferentes pero en realidad la meta es siempre la misma.
El tamaño del pene importa para obtener un mayor placer sexual. Esto es motivo de debate que parece no cesar nunca. Desde luego el placer sexual es una dimensión que va mucho más allá de una mera cuestión de centímetros. No se trata tanto de la cantidad, sino de la calidad.

Estos son sólo unos pocos ejemplos, hay muchísimos más, pero desde luego lo fundamental es que dar credibilidad a estas afirmaciones puede traernos en algunas ocasiones diferentes problemas en el ámbito sexual, entre otras razones porque se genera confusión, malestar y falsas expectativas. Es por ello que queremos dar algunas pinceladas generales para que vivamos nuestra sexualidad de una forma plena y natural:

Disfrutar del sexo, no tomarlo como algo que se tiene que hacer, sino que se quiere hacer, que se desea.
Sorprender, salir de la rutina. Es recomendable introducir alguna novedad de vez en cuando, y así evitaremos caer en la monotonía.
Comunicación y expresión de afecto. Ser claros y honestos con nosotros mismos y con la persona que tenemos al lado, nos ayuda a crear un clima de confianza.
Compartir momentos de intimidad, complicidad y conexión con la pareja.
•  Conocer y respetar los gustos y deseos del otr@, buscar un equilibro para que amb@s estén satisfecho@s.

En Ampsico tenemos un taller llamado “Sexmociónate” dirigido a adolescentes donde enseñamos la gestión de las emociones en relación a la sexualidad. Si quieres echar un ojo a nuestro dossier, pulsa aquí,

Begoña López

Discusiones de verano, que diga, de pareja

Discusiones de verano, que diga, de pareja

Discusiones de verano, que diga, de pareja

 

Qué bonito sería (al son de la canción de Rosario Flores) que las relaciones de pareja fuesen fáciles, gratificantes a tiempo completo y, ya que nos ponemos a pedir, que la otra persona acertara en lo que a mi me apetece, en el momento perfecto y de la forma exacta. Qué bonito sería que no existiesen los problemas de pareja. ¡Ayyyy! (suspirito de los de madre esperando que sus hijos maduren).

 

Pues tenemos una noticia mala y otra buena. La primera es que eso es casi imposible (y decimos «casi» para que no rompas a llorar ya por desilusión). Hasta ahora el ser humano no tiene la capacidad de adivinar la mente y si no le dices qué es lo que quieres, no lo sabrá. Lo sentimos mucho. Olvídate de esos adolescentes de las pelis americanas románticas en las que el chico (de esos que estaban potentorros y tan guapos que empalagan) llama a la puerta de su amada para llevarle los bombones o las flores que a ella le encantan justo en la tarde que ella más lo necesita. Que no te engañen, NO EXISTE. Lo volvemos a sentir, y mucho. Si ves que no lo superas puedes llamarnos. La segunda noticia, y buena, es que no está todo perdido. La clave para evitar los problemas de pareja es la comunicación.

Problemas de pareja. Ampsico

Un alto porcentaje de los problemas de pareja es debido a una falta de comunicación o que ésta es llevada a cabo de manera errónea. Algo así como el juego del teléfono escacharrado. Los errores de interpretación, utilizar un tono más alto de lo debido o decir que lo que hoy ha pasado te ha molestado pero en realidad estás pensando en las 6788 veces anteriores que ha sucedido lo mismo, son algunos de los elementos que juegan en contra de una buena convivencia. La pareja, al igual que cualquier otra relación, necesita tener una comunicación sana, clara y empática. De lo contrario nos metemos en un agujero de esos negros, pero negro negro.

Varios estudios relacionan las vacaciones con un aumento de las discusiones de pareja. Y como están a la vuelta de la esquina, si no estás ya disfrutándolas (y discutiendo), queremos proponerte varias cosas para que los malos rollos no entren en vuestra maleta de viaje. ¡Ojo! Si no tienes pareja y te vas con amigos también te sirven estos consejos:

  • Dí realmente lo que sientes o piensas, olvídate del sarcasmo o de «los tiritos». Si hoy te apetece playa en vez de ir a pasear al centro dí: «me apetece pasar el día en la playa». Evita: «tú sabrás qué es mejor» (con la intención de reprocharle que su elección del plan de anoche fue nefasta. Ignorando por cierto lo que tú querías hacer) o «ya sabes lo que prefiero». Recuerda, nadie tiene la capacidad de leer la mente o de descubrir qué es lo que quieres hoy. Ni si quiera tu pareja con la que llevas años y debería saberlo. DEBERÍA, más adelante hablamos de esto.

 

  • Piensa en ti pero también en la otra persona (es decir, lo que se llama ser empático): «¿Qué te parece si ahora vamos a la playa y esta tarde damos una vuelta por el centro?» o «Podemos ir por la mañana de turismo y comer cerca de la playa para estar ahí por la tarde». Te tienes en cuenta a ti mismo/a y a la otra persona. Negocia.

 

  • No interpretes. Aguanta los nervios y pregunta porqué no ve bien la opción que tú le has propuesto. Asegúrate de que te has enterado. En ocasiones, y por no hablar claramente, entendemos mal el mensaje y ¡BOOM! comienza una discusión. Cuidado con los agujeros negros. ¡Que son muy negros! Mejor seguir negociando que tirarte de cabeza al abismo.

 

  • Los deberías… ¿sabes esa persona con la que es insoportable estar? Con quién es difícil llegar a un acuerdo o convivir, pues ese es el debería. «Deberías saber que yo quiero playa», «deberías conocerme mejor»… solo conducen a la discusión. Agujero negro.

 

  • Otros amigos a los que no invitar a la fiesta son: nunca, siempre, todo y nada. Mejor que no estén en vuestra conversación. Hacen que el mensaje se haga extremo. Son como los típicos que necesitan llamar la atención a donde quiera que vayan (qué pesados, madre mía).

Y dicho esto, que quede bien claro que siempre voy a querer ir a la playa y nunca voy a preferir otro plan. No hay nada mejor ;-D.

Feliz verano, parejas. Feliz verano, amigos. Y no discutáis, hay mil maneras más de pasar el tiempo.

 

Julia Romero Bernal, psicóloga en Ampsico

¡FELICIDADES FUTURA MAMÁ!

¡FELICIDADES FUTURA MAMÁ!

¡FELICIDADES FUTURA MAMÁ!

EMOCIONES DURANTE EL EMBARAZO

Una de las etapas de la vida de las mujeres en la que aparte de experimentar un cóctel de hormonas,  se suele tener claro que se debe hacer un cuidado y  un cambio sustancial en el día a día, es durante el embarazo:

  • Una preparación previa sobre el embarazo, parto y lactancia.
  • La importancia de la nutrición materna, especialmente relacionada con la cantidad de calorías ingeridas, también la presencia suficiente de determinadas vitaminas  y precaución y preparación de determinados alimentos,etc.
  • Control del estado físico y funcional de la madre.
  • Controlar la fatiga: se produce más sangre para transportar nutrientes al feto, nuestro pulso se acelera y el corazón late con mas fuerza.

Sobre todo tenemos en cuenta aspectos corporales y materiales o de ciertos hábitos que se debe tener en cuenta en  especial en esta etapa. Pero también, y ligado a estas conductas, existen unos cambios que pueden afectar igual o  más a nuestro bienestar y al de nuestro bebé, los cambios emocionales. Con ello nos referimos a algunos de las siguientes emociones durante el embarazo:

  • Aparición de nuevos sentimientos y preocupaciones
  • Sentimientos conflictivos acerca de tu embarazo
  • Temor por la salud de tu hijo o al no saber desempeñar el rol de madre
  • Estados de ánimo cambiantes y exagerados: tan pronto estamos eufóricas como con un terrible mal humos pasando por episodios depresivos

En la actualidad se han realizado estudios que comprueban que el bienestar físico de la madre es de tanta importancia como su salud emocional, que quizás no siempre le demos la importancia que necesitan por ser algo poco tangible  y aparentemente menos controlable, pero ¿hasta qué punto afectan a mi bebé los cambios emocionales?

Aunque el feto no tiene noción de las emociones como nosotros las conocemos, éstas tienen impacto sensorial en él. “Cuando nos embargan las emociones negativas segregamos hormonas tóxicas, el corazón se acelera y se deprime el sistema inmune, lo que nos deja más vulnerables ante las enfermedades”, menciona Enrique García, profesor de psicología de la UNED.

A pesar de estos estudios y reafirmando la importancia del bienestar emocional y psicológico de  la madre, tampoco debemos llevarnos las manos a la cabeza por sentir determinadas emociones. No debemos llegar a la obsesión  o a la separación de emociones en buenas y malas, añadiendo una presión extra a la mujer durante el embarazo.

No debemos obviar la influencia de un estrés crónico  durante el embarazo o un periodo de ansiedad importante ya que  ese mensaje se le transmite al bebé a través de las correspondientes hormonas. Pero tampoco olvidemos que las emociones son adaptativas, nos avisan los cambios y nos adaptan a lo que acaba de producirse.

No se trata de sentir o  no sentir determinadas emociones,  se trata de  identificar,  de ser conscientes lo que sentimos , de saber para que sirven  y aprender a vivir con ellas y manejarlas.

emociones embarazo

Para terminar  compartiremos pequeñas técnicas para aliviar el estrés del embarazo:

  • Descansa siempre que puedas
  • Comparte tus preocupaciones
  • Prueba con diferentes técnicas de relajación
  • Prepárate para el parto
  • Realiza ejercicio dentro de tus posibilidades
  • Consiéntete

En el caso de vivir en pareja,  es un buen momento para fortalecer el vínculo entre los dos o con la gente de tu alrededor. Es aconsejable compartir los sentimiento que una vive y verbalizar que es lo que se siente. Esto ayudará a nuestra pareja a ser mas comprensivo y a no tomar momentos de mal humor o altibajos como un ataque personal.

Andrea González

Logo Ampsico psicólogos y pedagogos en Madrid

Cómo encontrar el amor de tu vida

Cómo encontrar el amor de tu vida

Cómo encontrar el amor más importante de tu vida.

El amor es un anhelo muy común en nuestra sociedad. Es habitual encontrarnos con personas que ansían encontrar a alguien con la que poder estar en una relación. Incluso parejas que se mantienen juntas a pesar de que ello no les hace feliz. Ante esta contradicción nos puede surgir una interesante pregunta, ¿qué relación existe entre la felicidad y las relaciones? ¿Es el amor la llave de la felicidad?

Actualmente existen muchas formas de relacionarnos. Además del clásico solteros vs. casados encontramos términos como el poliamor, relaciones de fin de semana… Últimamente hemos añadido a nuestro diccionario el amor líquido.  El sociólogo Zygmunt Bauman utiliza este término para describir el consumo de relaciones íntimas. Según el autor tratamos las relaciones como si fueran otro producto de consumo. El objetivo es satisfacer una necesidad momentánea de afecto con alguien pero sin comprometerse o vincularse con el otro. Es decir, que son conexiones más que relaciones. 

Es indiscutible que todos necesitamos amor, la necesidad de afecto es universal. Sin embargo, respondiendo a la pregunta de si es necesario estar en pareja para ser feliz, la respuesta es un claro no. No es necesario tener una relación para ser feliz. La vida plena no está necesariamente más cercana al soltero o al casado. Es una creencia errónea que existe en la sociedad. 

Es imposible tener una vida feliz si no soy capaz de estar conmigo mismo. Esta es la carencia más atroz a la que nos podemos enfrentar, tal y como dice Virginia Gawel.  La mejor relación de amor que puede tener uno es la que se tiene consigo mismo. La autora nos habla de como la falta de amor propio esta íntimamente relacionado con las relaciones que construimos (o destruimos). Virginia lo explica muy claramente con la siguiente metáfora. 

Imagínate que vives feliz en tu casa. La has decorado a tu gusto y tienes la sensación de hogar en ella. ¿Permitirías que cualquier entrara, cambiara las cosas de sitio o empezara a tirar tus pertenencias por la ventana? No, ¿verdad? Sin embargo si no puedes soportar estar solo/a en esa casa es más probable que permitas estos comportamientos de otro con tal de que haya alguien en casa contigo. El otro o la otra me trata como yo le permito. Y desde ahí se pueden establecer relaciones tóxicas o acabar perdiendo a los demás por no saber empezar a querernos a nosotros mismos.

La llave de la felicidad no puede estar en las manos del otro. La mejor relación de amor que puede tener uno es la que tiene consigo mismo.

Puedes querer estar en una relación, apuntarte a tinder, bumble, meetic… Y aun así no conseguirlo. No solo depende de uno. Y en ese sentido es muy interesante poder encontrar el amor y la felicidad en otras fuentes. 

En esta vida nada es seguro pero si  empiezas a confiar en ti mismo poco a poco avanzaras con más seguridad, apostando por la estabilidad. Por el auténtico compromiso contigo mismo y las personas que te rodean. 

 

Cristina García Van Nood, psicóloga en Ampsico

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